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El cartílago articular es un tejido que está formado por condrocitos (células), que conforman una superficie blanquecina, brillante y dura que es la que recubre la zona ósea que roza con otra zona ósea en una articulación. Este tejido no suele tener riego sanguíneo, por lo que su nutrición se realiza a través de intercambios de oxígeno y nutrientes que se dan mediante la ósmosis, a través de la sustancia extracelular.
El cartílago de las articulaciones se llama cartílago hialino y cubre las superficies articulares, que rozarán entre si durante el movimiento. La condromalacia más habitual es la de rodilla por lo que será de la hablaremos a partir de ahora aunque existen otras como la de cadera.
La erosión y reblandecimiento del cartílago articular se le denomina condromalacia. La más habitual es la que se produce en la rodilla, y se denomina condromalacia rotuliana. Cuando se produce en la rótula en la rodilla, también se denomina síndrome de hiper-presión rotuliana externa, lo cual ya no indica la zona rótula donde más desgaste por la presión que se suele dar.
En cuanto a las causas de esta lesión, el principal factor es la edad, aunque se produce una paradoja, que a pesar del desgaste en la articulación, se producen pocos síntomas, sin embargo cuando se presenta en personas más jóvenes los síntomas son mucho más intensos. En las personas jóvenes se puede producir por varios factores:
Los síntomas de la degeneración de un cartílago no son proporcionales al tamaño del daño, es decir, que una pequeña lesión puede provocar mucho dolor. Se puede sentir dolor en la rótula o ruidos de la articulación de la rodilla, inflamación y limitación en la movilidad.
Este dolor se produce durante el movimiento, sobre todo en la flexión, como la posición de cuclillas, al bajar cuestas o escaleras y de forma peculiar el dolor se puede incrementar después de estar largo rato sentado con la rodilla semiflexionada.
Una cuidadosa historia clínica, y la presencia de los síntomas anteriormente expuestos pueden conducir a la sospecha de condropatía, pero la confirmación sólo puede darse mediante la resonancia magnética,ya que demuestra si la capa de cartílago es más delgada o si está completamente erosionada exponiendo el hueso.
La ecografía no se utiliza en la rodilla, ya que no muestra ninguna lesión en profundidad y los rayos X pueden mostrar un adelgazamiento de la articulación, pero no se puede ver la consistencia de cartílago.
La condromalacia se puede clasificar en 4 grados en función de los daños que sufre el cartílago de la articulación.
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Una vez que el traumatólogo descarta que el problema no es genético, y por tanto, no es conveniente el tratamiento quirúrgico, el fisioterapeuta deberá tratar esas descompensaciones musculares a base de estiramientos, vendajes, pero en muchísimas ocasiones será conveniente tratar la disfunción orgánica que provoca esa descompensación muscular.
Si el problema es ortopédico-genético la cirugía es la única terapia efectiva en estos casos, bien incidiendo sobre los huesos de la articulación para variar la inserción del tendón sobre la misma, o cortando el alerón o cualquier otra fijación de tejido conjuntivo que descompense la articulación.
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