Traumatólogo en Málaga » Traumatología avanzada » Rodilla » Condromalacia Rotuliana
En CAMDE, nuestro traumatólogo especialista en Condromalacia Rotuliana en Málaga atiende este tipo de lesión con especial atención en la prevención de la degeneración del cartílago y tratándolo en sus fases iniciales para evitar que evolucionen hacia una artrosis irreversible.
El cartílago hialino o articular reviste los extremos de los huesos que conforman una articulación para facilitar su movimiento de deslizamiento y absorber la carga e impactos. El cartílago se halla compuesto por una matriz formada por prototeoglicanos y un alto porcentaje agua. Tiene un muy escaso número de células, los condrocitos, que secretan y mantienen la matriz extracelular. En la rótula el cartílago cubre la cara posterior, en contacto con la cara anterior del fémur también recubierta de cartílago, que se conoce como tróclea femoral.
La rótula realiza un movimiento vertical de ascenso y descenso coincidiendo con la flexoextensión de la rodilla. Es una articulación con especiales problemas de desgaste pues no actúa en compresión, como la mayoría de las articulaciones, sino que lo hace mediante un deslizamiento con un alto componente de fricción y cizallamiento, lo que facilita su desgaste.
Por tanto, la condromalacia refleja un desgaste difuso y progresivo del cartílago articular, y que cuando afecta a la rótula se conoce como Condromalacia Rotuliana o Patelar o como un Síndrome Femoropatelar.
La condromalacia es, habitualmente, una patología crónica y progresiva cuya causa más frecuente es una alteración en la alineación de la rodilla que condiciona que la rótula tienda a desplazarse hacia fuera, y roce de forma asimétrica con la cara lateral de la tróclea femoral desgastándose. Los principales factores que predisponen para una Condromalacia Rotuliana son:
También te puede interesar nuestro artículo sobre luxación de rótula.
El síntoma principal de la Condromalacia Rotuliana es el dolor en la cara anterior de la rodilla. Es un dolor que se puede centrar en la rótula o extenderse lateralmente o al tendón rotuliano. Es un dolor quemante, intenso y muy incapacitante, que aumenta al bajar cuestas o escaleras, saltar o permanecer sentados con las rodillas flexionadas.
El dolor se suele acompañar de inflamación de la rodilla generalmente por acúmulo de líquido sinovial que se produce en respuesta a la irritación del cartílago que desprende partículas que inflaman la membrana sinovial generando líquido. Los pacientes también suelen referir chasquidos o sensación de bloqueo en la rodilla que reflejan cierto grado de inestabilidad femoropatelar.
El grado de desgaste del cartílago de la rótula se determina mediante una resonancia magnética, que nos permite objetivar el daño al cartílago y nos ayuda a establecer el protocolo de tratamiento a seguir.
Habitualmente al hablar de grado de Condromalacia rotuliana empleamos la clasificación de Outerbridge, que la clasifica en grados de I a IV dependiendo del nivel de adelgazamiento del cartílago.
Diseñamos una terapia regenerativa específica para usted, la más apropiada para sus características, la que su rodilla en particular necesita, combinando los distintos tipos de terapias disponibles.
Nuestras instalaciones con quirófano y laboratorio propio nos permiten manejar la más amplia oferta en terapias biológicas para diseñar la combinación de terapias más adecuada para su patología
El tratamiento de la Condromalacia Rotuliano es eminentemente conservador, no quirúrgico, aunando terapias regenerativas con potenciación muscular.
Mediante las terapias biológicas regenerativas tratamos de restaurar el cartílago perdido, lo que es muy efectivo en fases iniciales y moderadas de la condromalacia pues regeneran por completo el cartílago articular desapareciendo el dolor.
Con la potenciación muscular conseguimos estabilizar la rótula para minimizar el roce y contrarrestar el desgaste originado por alteraciones anatómicas.
El tratamiento quirúrgico lo reservamos para estadios muy avanzado de condromalacia en los que, mediante cirugía artroscópica realizamos una limpieza de los restos de cartílago desvitalizado y estimulamos el hueso subcondral para que forme nuevo cartílago.
Dependiendo de la causa de la condromalacia rotuliana tendrá opciones de curación o no. Cuando se diagnostica en estadios precoces, con poco desgaste y regeneramos el cartílago dañado mediante terapias biológicas y corregimos la causa anatómica que la originan la artrosis tiene cura o al menos una importante ralentización de su evolución.
Es fundamental mantener la movilidad para evitar la rigidez propia de la artrosis incipiente y mantener un tono muscular fuerte en toda la extremidad. Lo ideal para la condromalacia rotuliana es potenciar la musculatura del cuádriceps, sobre todo el vasto interno. Ejercicios de musculación en extensión de rodilla, solos o en combinación con un electroestimulador, sentadillas muy cortas (máximo 30º de flexión), o bicicleta con el sillín muy alto.
La alimentación no afecta al inicio o evolución de la condromalacia rotuliana. Sí altera la evolución la ingesta de nutraceúticos o suplementos alimenticios con sustancias condroprotectoras como la glucosamina, condroitín sulfato, ácido hialurónico o colágeno.
Los síntomas más habituales de la condromalacia rotuliana es el dolor de rodilla localizado en la cara anterior, que se puede irradiar circunferencialmente alrededor de la rótula o extenderse hacia los tendones patelar o rotuliano. El dolor se suele aparecer bajar cuestas o escaleras, acompañarse de sensación de fallo o bloqueo al caminar, inflamación, con frecuencia por acúmulo de líquido intrarticular, y la rigidez tras permanecer un rato en reposo
Habitualmente el diagnóstico de la condromalacia rotuliana es clínico. Basta con una adecuada exploración de la rodilla para establecer el diagnóstico. A continuación es obligatorio realizar una resonancia magnética de la rodilla para conocer el grado de afectación del cartílago y si hay inflamación (edema) dentro del hueso.
En los estadios precoces la condromalacia rotuliana responde muy bien a la terapia biológica con plasma rico en plaquetas. Si está ya más avanzado se puede complementar el PRP con infiltraciones intraóseas de concentrado de médula ósea para regenerar el hueso subcondral que es el que sustenta nutricionalmente al cartílago dañado por la artrosis. En los estadios más avanzados la única opción de tratamiento es una sustitución articular mediante una prótesis de rodilla.
También puede interesar leer nuestro artículo sobre la luxación de rótula