Antes de adentrarnos en ejercicios más específicos o en el trabajo que realizamos para hacer sanar la lesión de nuestros pacientes, debemos seguir los siguientes 3 pasos como regla general:
– Sentadillas. Separaremos las piernas a la altura de los hombros y con la espalda siempre recta, flexionaremos las rodillas hasta dejar los muslos paralelos al suelo como máximo. Recalco el como máximo, ya que si el dolor no nos permite llegar hasta ese objetivo del ejercicio, no deberemos forzar la situación.
– Zancadas inversas. Para este ejercicio, debemos separar las piernas a la altura de los hombros, y mover una pierna un paso hacia un lateral a la vez que flexionamos la rodilla hasta casi tocar el suelo apoyando el peso del cuerpo sobre la pierna flexionada, manteniendo la espalda erguida. Alternaremos de pierna cada vez que realicemos una repetición, pero como se dijo en el ejercicio anterior, llegaremos hasta donde se nos permita.
– Estiramiento del recto anterior.Colocaremos para este ejercicio una pierna adelantada, dejando la otra bien atrás dejando el pie orientado hacia delante, nunca hacia los laterales, y la espalda dibujando 90 grados con el suelo. La pierna adelantada la echaremos hacia delante y podremos notar la tensión provocada por el ejercicio. Es necesario recalcar el hecho de mantener la espalda dibujando 90 grados con el suelo siendo esto lo que provocará la tensión necesaria del ejercicio.
- El entrenamiento será progresivo, por lo que si el dolor no aumenta y nosotros como especialistas lo hemos aprobado tras una consulta personalizada, la duración del mismo se alargará.
Una vez dicho lo anterior, podemos recurrir a ciertos aparatos ortopédicos o vendajes neuromusculares que ayuden a la recuperación tras la lesión.
Como profesionales en traumatología y fisioterapia, los masajes son una parte esencial en la mejora de nuestros pacientes, realizando masajes transversos profundos para deshacer las adherencias en los músculos o tejidos conectivos del tendón, es decir, masajes que se realizan en la dirección contraria a la de las fibras del músculo.
Especialmente en este tipo de tendinitis, la terapia con ondas de choque y la laserterapia son las más beneficiosas, además de un análisis postural que realizaremos con el fin de mejorar la experiencia y realización de ciertos movimientos naturales de nuestros pacientes, como la forma de correr y/o andar.
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