La artrosis del pulgar presenta en un primer momento un dolor en la zona afectada que suele aparecer de manera repentina y con el tiempo se agudiza tanto la intensidad como frecuencia del mismo. Por ello, la primera prueba para el diagnóstico es un examen clínico en el que el médico se encargará de hacer una exploración física del paciente. Así se diagnosticará si existen otras enfermedades físicas que estén relacionadas, como un dedo en gatillo; se le practicará el examen Key-pinch, para determinar la fuerza que dispone en esta articulación y así saber si la rizartrosis se encuentra muy avanzada; y para completar se le deberá examinar el rango de movimiento que tiene el afectado teniendo en cuenta todas las articulaciones que pueden estar afectadas por la artrosis
Para facilitar la cirugía, se llevará a cabo también una radiografía simple del dedo pulgar que nos ayude a determinar el tipo de rizartrosis que presenta el paciente. Esta nos hará saber qué nivel de deterioro presenta el hueso del trapecio o si la línea escafo-trapecio-trapezoidal se encuentra dañada detectando así una artrosis peritrapezoidal.