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La epicondilitis de codoo más conocido como codo de tenistaes una enfermedad que se crea con un uso continuado e incorrecto de esta articulación. Es llamada así por la frecuencia con la que aparece en los jugadores de tenis, pero aparece fácilmente en otros tipos de deportistas, e incluso no deportistas.
El codo es la unión de los huesos cúbito y radio con el húmero, en este último aparecen unas protuberancias laterales llamadas epicóndilos, y el de la cara exterior es el epicóndilo lateral. A este va unido un tendón llamado extensor radial corto del carpo o ECRB, y es este el que normalmente presenta el codo de tenista.
Esta enfermedad es la inflamación del tendón (ECRB) o los tendones que unen el codo exterior (epicóndilo lateral)con los músculos del antebrazo. Al inflamarse crea un dolor y molestia constante en esa zona del brazo.
Aunque en ocasiones no hay una causa conocida, la principal causa de la epicondilitis de codoocurre cuando hay unmovimiento excesivo que implique una sobretensión sobre el ya nombrado extensor radial corto del carpo. Como este músculo es uno de los encargados de estabilizar la muñeca cuando el brazo está totalmente extendido, se ve muy afectado cuando un jugador realiza una devolución en tenis. La situación del ECRB hace que también se vea afectado cuando se realiza un movimiento de codo puesto que este es rozado contra los huesos del mismo.
Ya hemos dicho que no sólo los deportistas presentan la lesión, esto se debe a que el tendón también sufre en acciones cotidianas donde se realiza el uso excesivo del codo. Ejemplos de esto pueden ser pintar paredes, amartillar clavos, amasar pizzas, entre otras. En general, los profesionales que tienen trabajos donde el codo realiza un movimiento clave para su desempeño presentan un mayor porcentaje de esta patología.
Por último, debido a que su desarrollo se debe a la actividad, destacar que el grueso de personas que lo padecen tienen entre 30 y 50 años, es decir, el rango de edad en donde este tipo de trabajadores se sitúa.
Los síntomas asociados a este tipo de enfermedad son, en un primer momento, una ligera sensación de ardor o dolor en la zona del tendón afectado, y se va agravando con el paso del tiempo y el uso inadecuado del codo. Otro síntoma puede ser la debilidad del agarre que también va acentuándose gradualmente. Destacar en este apartado que lógicamente se suele presentar casi siempre en el brazo derecho en los diestros y en el izquierdo en los zurdos puesto que son los usados por los profesionales para desarrollar su trabajo.
El médico deberá empezar por la historia clínica del paciente y una entrevista al paciente para conocer los síntomas que presenta el afectado, la ocupación del paciente para evaluar el nivel de peligro que tiene de desarrollarla y las principales aficiones que tiene para conocer como de probable es que esté usando excesivamente la articulación. Tras esto el doctor pasará a hacer un examen físico específico de la epicondilitis de codo.
Para apoyar el diagnóstico, el médico suele decidir que ciertos estudios de imagen pueden mejorar el diagnóstico de la enfermedad. Los tres principales estudios son los rayos X, la imagen por resonancia magnética y la electromiografía. El primero de todos sirve para poder visualizar posibles osteofitos y encontrar otro problema como pueda ser osteoartrosis en el codo. La imagen por resonancia magnética también sirve para descartar enfermedades provenientes de los hombres o el pescuezo como por ejemplo una hernia discal en las vértebras cervicales.
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Para el codo de tenista no es frecuente la intervención quirúrgica si se detecta a tiempo. Sólo un 20% de los afectados necesita finalmente la intervención. Por ello, el tratamiento tradicional es el no quirúrgico.
La primera acción será detener la actividad que se detecte como perjudicial, tendrá que parar de realizarlo hasta que el codo tenga una correcta salud. Para ello también se podrá usar cabestrillos o brazaletes. Como complemento a este parada de la actividad se le podrán recetar AINEs (medicamentos antiinflamatorios no esteroideos) que ayudaran tanto a bajar la hinchazón del tendón como a mitigar el dolor producido. En ocasiones, cuando los AINEs son insuficientes se pueden aplicar una inyección de cortisona, la cual es muy eficaz pero no es recomendable usarlas debido a su potencia. Tras esto, una rehabilitación para aumentar en fuerza, elasticidad, flexibilidad y otras variables que mejoren la calidad del músculo es indispensable para la recuperación completa.
Cuando después de medio año de tratamiento tradicional, este no mejora la epicondilitis, el Dr. Vicente de la Varga recomienda el uso de la cirugía para solucionar esta patología.
En la mayor parte de estas intervenciones quirúrgicas, el método que se lleva a cabo es una cirugía abierta en la que se debe hacer un corte pequeño para poder visualizar la anatomía del codo y trabajar en ella. También se puede llevar a cabo de una manera menos invasiva con la artroscopia. La cirugía consiste en la extracción de la parte del tendón afectada, normalmente el extensor radial corto del carpo, y la reinserción del músculo en el epicóndilo lateral para crear una nueva conexión.
La intervención es ambulatoria, es decir, al paciente tras la operación se le proporciona el alta hospitalaria con una férula en el codo. La rehabilitación para mejorar o recuperar la flexibilidad comenzarán en cuanto se quite la férula al paciente, y los ejercicios de fuerza pasadas las 8 semanas. En torno a los 5 meses el paciente puede volver a la actividad física normal. Aunque en ocasiones el paciente presenta una disminución de la fuerza, con un éxito de un 85%, la cirugía del codo es una intervención muy segura y con unos resultados buenos.
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