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La osteocondritis del capitellum humeral, es decir, la enfermedad de Panner, y la osteocondritis disecante del capitellum, forman parte de un grupo de lesiones que suelen aparecer en el codo de los niños y adolescentes por diversas fuerzas de compresión lateral, pero puede manifestarse en aquellos deportes de lanzamiento que causan dicha compresión, o por otros factores ajenos a cualquier actividad.
El problema que se afronta en este caso es que las dos patologías que componen el grupo de lesiones son totalmente diferentes tanto en el tratamiento como en el pronóstico, imágenes y edad de aparición, por lo que es necesario un diagnóstico diferencial ante la similitud de sus síntomas que ayude a esclarecer y determinar cuál es la patología sufrida, ya que un error puede suponer un agravamiento del paciente.
Trataremos los síntomas de ambas lesiones para intentar esclarecer un poco la confusión que puede provocar este grupo de afecciones. Es necesario recordar que aunque los principales afectados sean niños y adolescentes, los deportistas también son propensos a sufrirlo pero en un ámbito deportivo más selectivo.
La osteocondritis del capitellum humeral afecta al cartílago de crecimiento del codo, y suele ser más común en niños menores de 10 años o atletas jóvenes, afectando directamente a su brazo dominante.
El principal síntoma de la enfermedad de Panner es un dolor sordo que sentiremos alrededor de la parte externa del codo y que por lo general, empeorará al realizar una actividad que implique un esfuerzo de dicha articulación como por ejemplo lanzar una pelota. Al contrario que en otras patologías, el reposo hará remitir el dolor, pero además del síntoma citado anteriormente, cabe destacar los siguientes:
Cuando se produce una patología como esta, los fragmentos de cartílago o de hueso se aflojan dentro de una articulación, siendo el dolor y la inflamación provocados por dichos fragmentos los síntomas principales. Los principales afectados suelen ser niños entre 10 y 13 años.
Esta patología avanza y se agrava rápidamente, es decir, puede terminar ocasionándonos una captura de bloqueo y una restricción en el rango de movimiento que nos ofrece el codo.
En ambas osteocondritis los síntomas pueden ser muy parecidos y es por ello por lo que como dije al comienzo, el diagnóstico es clave para garantizar la recuperación de los pacientes que sufran cualquiera de las afecciones tratadas.
Para el diagnóstico, los pacientes que acuden a CAMDE en Málaga, tienen la suerte de contar con un traumatólogo especialista en la Osteocondritis Capitellum como el Dr. Vicente de la Varga, capaz de realizar su trabajo y diagnóstico de la forma más acertada posible sin riesgo alguno de error.
Para realizar un diagnóstico acertado, el doctor De la Varga procura diferenciar ambas posibles patologías reuniendo inicialmente una serie de datos como por ejemplo, la edad del paciente, su nivel de actividad y su brazo dominante. Acudirá a una exploración física detallada revisando los codos comparando el dolorido con el sano, realizando además una serie de ejercicios que ayuden a diferenciar algún síntoma.
La enfermedad de Panner afecta normalmente a los más jóvenes, y se trata de una osteonecrosis epifisaria del núcleo de osificación del capitellum de forma completa y autilimitada, que normalmente se resuelve con el reposo y provoca una reconstitución sin secuelas. Sin embargo, nos enfrentamos a una patología diferente al referirnos a la osteocondritis disecante ya que además de afectar a niños o adolescentes de mayor edad, se trata de una rarefacción circunscrita de mayor o menor tamaño manteniéndose intacta la estructura del resto del centro óseo. Es común la formación de cuerpos libres que no suelen manifestarse en la Osteocondritis del Capitellum humeral.
Ante los problemas que supone un diagnóstico acertado de ambas patologías, el Dr. Vicente de la Varga realizará el diagnóstico diferencial siguiendo el curso evolutivo del paciente, acompañado de una serie de radiografías que ayuden a ver o detectar alguna rarefacción circunscrita, y una técnica como la resonancia magnética que ayude también a realizar el diagnóstico con la mayor brevedad posible evitando posibles agravamientos que requieran tratamientos más severos.
En el caso de Panner, primero conoceremos un poco la anatomía del codo. El húmero entra en contacto con los dos huesos que forman el antebrazo, el cúbito y el radio, encajando el extremo en la cabeza del radio sosteniendo el cóndilo humeral. A veces, la irrigación sanguínea hacia las zonas de crecimiento óseo se ve interrumpida, provocándose la patología tratada al morir las células dentro del cartílago de crecimiento del cóndilo, ablandándose y descomponiéndose la estructura del hueso.
Las causas son confusas con respecto a la osteocondritis disecante, pero una teoría más que posible es que se debe a una serie de microtraumatismos repetidos que provocan microfacturas e interrumpen el suministro de sangre al hueso subcondral afectando y alterando el crecimiento. Además de lo anterior, las causas incluyen:
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En el caso de la enfermedad de Panner el reposo es el mejor de los tratamientos y no requerirá de cirugía alguna, ya que normalmente los huesos se someten a un continuo proceso de reconstrucción siendo las células viejas muertas reabsorbidas y sustituidas por células nuevas que se forman a lo largo del tiempo hasta que el cóndilo humeral recupera su forma redondeada original. Sin embargo, en la osteocondritis disecante podemos diferenciar 3 grados cuyo tratamiento varía en gran medida.
Las lesiones estables en grado I o II curan normalmente con reposo relativo que puede llegar a durar hasta 1 año. Los síntomas pueden no mejorar con el reposo y enfrentarnos a una lesión en grado III que requiera un tratamiento quirúrgico para dar una solución definitiva a la lesión.
El Dr. Vicente de la Varga se ha enfrentado a estas patologías en multitud de ocasiones con éxito y resultados óptimos por lo que todo paciente que acuda a nuestra clínica puede hacerlo con total seguridad. El tratamiento quirúrgico se basará en una serie de perforaciones del cóndilo humeral, pero si muestra una interfase fluida entre el fragmento y el hueso subyacente será necesario estabilizarlas con agujas, tornillos o clavos absorbibles retirando los fragmentos inestables y cuerpos libres por vía artroscópica.
Se puede acudir a una serie de injertos osteocondrales y el transplante autólogo de condrocitos. Para realizar la operación si la gravedad de la lesión lo permite, el doctor De la Varga es un traumatólogo especialista en técnicas como la cirugía FAST (mínimas incisiones que aceleran la operación con mejores resultados en lo que a daños en el paciente se refiere), el plasma rico en plaquetas (plaquetas extraídas del cuerpo del paciente que se le inyectan para acelerar en gran medida la recuperación) y el uso de células madre ecoguiadas (que regeneran los tejidos de la forma más rápida posible).
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