Para personas de edad avanzada y personas en las que no es recomendada la cirugía se utiliza un tratamiento tradicional que consiste en el reposo del brazo, descartar el levantamiento de peso con el mismo y cualquier tipo de trabajo; crioterapia o aplicación del frío para aplacar tanto la inflamación como el dolor; medicación antiinflamatoria, y por último una actividad rehabilitadora para poder recuperar fuerza, movilidad y/o flexibilidad en la medida de lo posible.
La no necesidad de un tratamiento quirúrgico es posible cuando solo una de las dos partes del bíceps es la dañada, la larga o la corta, ya que la otra seguirá haciendo posible la flexión del codo. Como ya hemos mencionado, larotura más común es una rotura por desgaste del tendón proximal de la porción larga del bíceps por su roce con los huesos en la cavidad glenoidea, esto hace que la porción corta del bíceps puede seguir ejerciendo el movimiento del bíceps.
Los avances en las técnicas de operación quirúrgica, cada vez menos invasivos y más eficaces, han hecho que no sólo deportistas, jóvenes o gente que su profesión dependa del trabajo que puedan realizar con sus brazos, sino que sea recomendable para una gran parte de la población.
La cirugía de la rotura del tendón del bíceps consigue ganar estabilidad y fuerza para poder llevar una vida activa e incluso poder regresar a una actividad deportiva, y está indicada para que la operación se realice lo más pronto posible para aumentar la eficacia de la misma. Cada rotura y caso tiene su propio diagnóstico y operación, pero el objetivo es volver a fijar el tendón al hueso del que se ha desprendido.
La operación tiene un alto éxito y un buen porcentaje de recuperación, el alta se da al día siguiente y se inmoviliza el codo durante un periodo de entre 4 y semanas. Con una buena rehabilitación se consigue volver a la actividad física intensa en unos 3 y 6 meses.
También te puede interesar nuestro artículo sobre osteocondritis capitellum