Como la fractura vertebral es tiene diferentes niveles de lesión, el tratamiento varía en igual medida.
Cuando la osteoporosis produce una rotura vertebral de acuñamiento, y sobre todo si esta se da en personas de edad avanzada, el tratamiento no pasa más allá de recetar medicamentos para paliar el dolor y la posible hinchazón, el descanso en horizontal y el suministro de calcio para mejorar la salud ósea.
Cuando es una lesión leve como la de aplastamiento, si tras el tratamiento descrito no ha recuperado al paciente en unas 8 o 10 semanas, lo recomendable es llevar a cabo la cirugía. Por ejemplo la vertebroplastia es una posible intervención quirúrgica en la que al paciente se le aplica anestesia local y se le inserta entre 4 y 8 mililitros de cemento con una aguja de 14G para así consolidar la vértebra o las vértebras afectadas.
En el caso de las lesiones más graves, donde la médula se ve afectada, la cirugía es mucho más complicada y se necesita también de especialistas en neurocirugíay/u ortopedia. En estos casos se debe extraer la masa ósea desprendida, la sangre y todo aquello que obstruya el canal por el que transcurren la médula espinal o los nervios raquídeos.
En estos casos el pronóstico es difícil de adivinar debido a la dificultad de la operación, todos los factores que intervienen en ella y la imposibilidad de saber en qué situación exacta se encuentra la lesión. En el caso de las fracturas acuñamientoel paciente sana a los 2 o 3 meses de la lesión si no tiene un caso de osteoporosis que pueda empeorar la situación.
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