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La hernia discal es una enfermedad en la que el disco intervertebral es desplazado provocando que la médula espinal o los nervios que se ramifican de ella sean presionados por lo que esta enfermedad es especialmente grave al verse dañado el sistema nervioso. Este desplazamiento se debe a que el llamado núcleo pulposo, parte central del disco intervertebral, al lesionarse mueve de lugar las vértebras.
Esta patología es muy común y se presenta en todas las zonas geográficas. Es la principal limitación de movilidad en los que superan los 45 años de edad, y afecta a 11 de cada 100 personas en el mundo.
La hernia discal ocurre cuando los discos que separan y amortiguan las vértebras llamados discos intervertebrales se descolocan o rompen llevando una consecuente lesión en el sistema nervioso, ya sea en las raíces nerviosas o en la médula espinal.
Hay cuatro tipos de hernia de disco:
La principal causa de esta lesión es no tener un físico en forma y/o un exceso de intensidad en la espalda. Por ello, hay diversas causas que facilitan la hernia discal:
Los principales síntomas de la hernia discal son un dolor punzante, entumecimiento de la zona afectada y debilidad en extremidades. En la mayoría de las ocasiones se presenta el dolor en solo uno de los laterales y dependiendo de la zona de la columna tiene unos u otros síntomas.
Si la hernia de disco sucede en la parte baja de la espalda el dolor puede darse desde la cadera hasta los dedos de los pies pasando por toda la extremidad, es lo que se conoce como ciática.
Si en cambio la hernia se da en las cervicales, a la altura del cuello, el dolor se dará al mover este mismo, o en la zona del omóplato e incluso, al igual que en el otro caso, llegar al final de la extremidad afectando a todo el brazo.
A este dolor le suele acompañar el entumecimiento de los músculos que le acompañan y una considerable pérdida de fuerza, en ocasiones se puede llegar a escapar orina si los músculos de la vejiga se ven afectados.
Primeramente, el médico deberá empezar por un repaso a la historia clínica del paciente y una entrevista al paciente para conocer sus síntomas. Tras esto el doctor pasará a un minucioso examen físico del paciente que dependerá de la zona donde presente los síntomas.
Deberá examinar si el afectado presenta falta de sensibilidad, pérdida de fuerza, retraso en los reflejos musculares, anomalías en la estructura de la columna, dolor a la hora de mover hombros, cuellos, columna, o andar sobre los talones. También puede pedirle que se siente y estire la pierna para saber si tiene una hernia discal en la parte baja de la espalda.
En general, el médico se encargará mediante test físicos de determinar donde se encuentra la lesión. Tras esto, el médico solicitará uno o varios estudios de imagen que le apoyen en el diagnóstico. Una electromiografía informará de que nervio es el afectado, mientras que la mielografía ayuda a saber el tamaño y lugar donde se sitúa la hernia del paciente. Los rayos X no determinan que exista una hernia pero pueden ayudar a desechar otras posibilidades.
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Como la hernia discal es una lesión bastante grave, la cirugía es la única manera de solucionarla completamente. No obstante, en la mayoría de casos no se llega una intervención quirúrgica. El tratamiento que se suele llevar a cabo es el de descanso durante un breve tiempo junto con la administración de medicamentos recetados.
Normalmente estos medicamentos son los llamados AINEs (medicamentos antiinflamatorios no esteroideos) puesto que el objetivo es mitigar el dolor en la medida de lo posible. Aun así, en ocasiones no son suficientes y se le suministran opiáceos u opioides que mitigan el dolor en mayor medida. Aunque estos medicamentos son más efectivos contra el dolor no se recomiendan salvo que el dolor sea muy intenso ya que causan una gran dependencia física. Es muy importante para el paciente llevar a cabo una reeducación postural, nutricional y física para mejorar su estado de salud y que pueda perdurar en el tiempo junto con los nuevos hábitos.
Cuando nada de lo anterior ha resuelto la hernia discal la única opción posible es la intervención quirúrgica. ElDr. Vicente de la Varga puede llevar a cabo una cirugía de la hernia discal por diversos métodos. La más utilizada es la discectomía que consiste en la extirpación del disco intervertebral o de parte de él, y la posterior soldadura de las vértebras que dependían de ese disco. Es una cirugía que normalmente tarda un par de horas.
A pesar de todo el tratamiento que se le pueda hacer, es muy probable que no deba volver a hacer los esfuerzos físicos que le provocaron esta lesión. Sobre todo tendrá que evitar el levantamiento de objetos pesados, el movimiento constante de la columna y adaptar su estilo de vida a uno más saludable ayudándose de terapeutas y fisioterapeutas.
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