PONTE EN NUESTRAS MANOS Y RECUPÉRATE
Utilizando los términos adecuados, la técnica de fibrólisis diacutánea instrumental, es uno de los medios que se utilizan en fisioterapia sobre todo en el mundo deportivo en la que, a partir de unos ganchos aplicados sobre la zona lesionada, se pretende dar movilidad, rompiendo las fibrosis que se ha formado entre los músculos, tendones, ligamentos y las envolturas que los aúnan.
Para comprender mejor el sentido de esta técnica es necesario recordar que nuestro cuerpo está formado por diferentes tipos de tejidos: músculos, tendones, nervios… Los mismos se relacionan entre sí gracias al tejido conjuntivo, llamado así efectivamente porque conecta al conjunto de los diferentes tejidos mencionados. Además de esta función de conexión, el tejido conjuntivo permite que los elementos que componen nuestro aparato musculo-esquéticopuedan deslizarse sin generar un frote o fricción entre los mismos, de forma que el movimiento esté libre de rozamientos innecesarios.
En concreto, el tejido mio-fascial (un tipo de tejido conjuntivo), es el que rodea al músculo, separándolo y logrando una independencia con respecto al resto de músculos existentes a su alrededor. Ello permite que cada uno de nuestros músculos puedan trabajar de forma independiente según las exigencias de nuestro cuerpo, o bien conjuntamente con otros músculos cuando así nuestro cuerpo lo requiera.
La técnica de la fibrólisis se ocupa precisamente de restablecer este tipo de tejidos, ya que los mismos pueden endurecerse o adherirse, provocando lo que se conoce como fibrosis.
Las fibrosis son unas zonas de nuestra musculatura en las que el tejido conjuntivo ha engrosado, por lo que pierde flexibilidad o elasticidad, ello provoca adhesión o fijación dando lugar a dolores en la zona afectada, pérdida de movilidad e inflamación.
Tal tipo de lesión se puede presentar en cualquier tipo de tejidos: músculos, tendones, ligamentos, nervios, etc.
La intervención se realiza a partir de unos ganchos (de acero inoxidable) con diversa curvatura y espátula aplanada, los cuales se adaptan a las características anatómicas de la zona afectada. El tratamiento comienza por su aplicación en primer lugar por las zonas que se encuentran más alejadas de la lesión y a partir de aquí parten las diferentes aplicaciones.
Lo que obtenemos mediante la utilización de este tipo de ganchos sobre la piel es liberar las adherencias o fijaciones así como los corpúsculos fibrosos que han podido aparecer entre las diferentes estructuras (músculos, tendones, etc), permitiendo que exista una adecuada conexión entre ellas, logrando de nuevo la elasticidad que debería existir.
El tratamiento se divide en tres etapas que, aunque son diferentes, están entre ellas conectadas.
En un primer lugar sería necesario realizar una palpación digital, para delimitar la zona de la intervención. Una segunda fase comprende la palpación instrumental, donde se localizará de una manera más precisa las adherencias gracias al gancho. La tercera fase supone ya la fibrólisis en sí, aquí se realizará una tracción que es complementaria a la segunda fase, con la finalidad de mejorar las adherencias y eliminar los corpúsculos fibrosos que se hayan formado.
También te puede interesar nuestro artículo sobre la diatermia.
Los principales efectos tras la aplicación de esta técnica son tres:
Los supuestos en que la fibrólisis debe ser aplicada son variados destacando los siguientes:
Al tratarse de un tratamiento no invasivo, con carácter general su aplicación no debe producir mayores problemas en su aplicación a las situaciones indicadas con anterioridad. Sin embargo, no está exento totalmente de contraindicaciones, por lo que es necesario realizar las prevenciones o tomar las precauciones oportunas. De manera más concreta podríamos mencionar los siguientes casos para los que la fibrólisis no está indicada:
Por todo lo expuesto, podemos decir que la fibrólisis es una técnica compleja para la que se requiere una formación específica y de calidad que permita una aplicación correcta, además de un profundo conocimiento de la estructura anatómica del cuerpo humano.
En este sentido, CAMDE cuenta con fisioterapeutas preparados y especializados en la materia, con lo que se consigue que nuestros pacientes reciban la asistencia y tratamiento adecuado a los requerimientos que el paciente necesite.
Actualmente se han desarrollado rutas específicas de gancheo entre los distintos segmentos del cuerpo, a partir de una vaoración y diagnóstico del paciente, por lo que se considera que la fibrólisis diacutánea no es un tratamiento sólo local, sino que tiene la consideración de global.
Fue Kurt Ekman, fisioterapeuta sueco, el responsable de iniciar este método durante la Segunda Guerra Mundial. La fibrólisis devino como una evolución de su masaje transverso profundo. Ekman observó que con la mera fricción digital (masaje con las manos) no se llegaba en profundidad a la lesión, por lo que era necesario crear un determinado material que se ajustase de forma más oportuna a las necesidades del paciente que recibía el tratamiento y de ahí la aparición de los ganchos.
En los comienzos de este tipo de técnica se utilizaron instrumentales de hueso, latón o madera, sin embargo, en la actualidad, los mismos se fabrican de acero inoxidable. Cada gancho tiene una curvatura diferente lo que permite alcanzar distintas zonas anatómicas que se interponen entre la piel y la estructura a ganchear.