La fractura o fisura de costilla es una lesión donde se rompe una o varios huesos de la caja torácica Dicha lesión ocurre cuando hay un golpe o traumatismo sobre el pecho que genera dolor al tocar, respirar o toser. A continuación, veremos más en profundidad esta lesión ósea.
¿Por qué se produce la fisura de costilla?
Como hemos comentado, la principal causa son los traumatismos o golpes en la zona, o impactos y caídas con el volante. También podría deberse a un golpe de estornudo o tos muy fuerte, especialmente si la persona tiene los huesos débiles a causa de cáncer u osteoporosis. Además se puede producir una fisura de costilla por estrés cuando se somete la zona a una carga física muy alta, algo que le pasó recientemente a Rafa Nadal.
¿Cuál es la diferencia entre una fisura y una fractura?
La diferencia entre una fisura o fractura, es que una fisura consiste en una fractura parcial del hueso. Es decir, en una fisura hay una grieta en el hueso sin una separación del hueso, mientras que en una fractura hay una separación del hueso.
En las costillas puede haber tanto una fisura como una fractura, normalmente suele encontrarse en personas que hayan sufrido un traumatismo, accidente o caída sobre la caja torácica.
Como nota, decir que la caja torácica está formada por 12 costillas a cada lado del cuerpo que rodean el pecho y su función consiste en proteger los órganos vitales como el corazón y los pulmones.
¿Qué síntomas presenta la fractura de costillas?
Este tipo de lesión puede ser muy dolorosa. Los síntomas más comunes son:
- Dolor al ejercer presión en la zona del esternón
- Dolor al respirar
- Molestias musculares en la zona
- Cansancio y dificultad de movimiento
- Insomnio temporal
Tratamiento de la fractura de las Costillas
En el caso de que la fractura no afecte a ningún órgano, no es necesario ningún tratamiento, como el yeso en la fractura del brazo o la pierna. En el caso de que haya alguna lesión interna, el médico envía al paciente al hospital para ser tratado en función del diagnóstico de la lesión. El algunos casos la fractura puede requerir cirugía.
Así pues, en lugar de recibir un tratamiento, hay que seguir unos consejos para su recuperación, especialmente descansar, ponerse hielo y bandas frías y no coger peso. La fractura suele sanarse en un periodo que va entre los dos y seis meses.