Cuando se trata de lesiones deportivas y afecciones relacionadas con el movimiento, los tendones desempeñan un papel crucial. Estas estructuras fibrosas conectan los músculos con los huesos y permiten el movimiento y la estabilidad de las articulaciones. Sin embargo, los tendones no están exentos de sufrir lesiones, y una de las afecciones más comunes que los afecta es la tendinosis.
Qué es la tendinosis
La tendinosis es una condición degenerativa de los tendones que se produce debido a un desequilibrio entre el daño y la reparación del tejido tendinoso. A diferencia de la tendinitis, que implica inflamación del tendón, la tendinosis se caracteriza por cambios en la estructura y composición del tejido tendinoso. Esta afección suele desarrollarse gradualmente y puede afectar a cualquier tendón del cuerpo, aunque es más común en áreas como el hombro, el codo, la rodilla y el talón.
Los factores que contribuyen al desarrollo de la tendinosis son diversos. Las lesiones repetitivas por movimientos deportivos o actividades laborales desgastantes, el envejecimiento, la mala biomecánica, la falta de fuerza o flexibilidad, y la mala vascularización de los tendones son algunos de los factores más comunes. Además, otros factores como la obesidad, el tabaquismo y las enfermedades sistémicas pueden aumentar el riesgo de desarrollar tendinosis.
Síntomas
Los síntomas de la tendinosis pueden variar dependiendo de la ubicación del tendón afectado, pero los más comunes incluyen dolor crónico y persistente en el área afectada, sensibilidad al tacto, rigidez, debilidad y limitación del movimiento. Estos síntomas suelen empeorar con la actividad y pueden afectar negativamente la calidad de vida de una persona.
Diagnóstico
El diagnóstico preciso de la tendinosis se basa en una combinación de la historia clínica del paciente, un examen físico minucioso y, en algunos casos, pruebas de diagnóstico por imágenes como radiografías, ecografías o resonancias magnéticas. Estas pruebas pueden ayudar a evaluar el grado de degeneración del tendón y descartar otras afecciones que puedan presentar síntomas similares.
Tratamiento
El tratamiento de la tendinosis se centra en aliviar el dolor, promover la curación y restaurar la función del tendón. Aunque cada caso puede requerir un enfoque individualizado, algunas estrategias de tratamiento comunes incluyen:
- Reposo y modificaciones de la actividad: Descansar el tendón afectado y evitar actividades que lo empeoren puede ayudar a reducir el estrés en el tejido y permitir que se recupere.
- Terapia física: Un programa de terapia física puede incluir ejercicios específicos para fortalecer y estirar los músculos y tendones circundantes, mejorar la biomecánica y promover la curación.
- Medicamentos y terapias complementarias: En algunos casos, se pueden recetar medicamentos antiinflamatorios no esteroides (AINE) para aliviar el dolor y reducir la inflamación. Además, terapias complementarias como la terapia con ondas de choque, la acupuntura o la fisioterapia con ultrasonido pueden ayudar en la recuperación.
- Infiltraciones de corticosteroides o plasma rico en plaquetas: En situaciones más graves o resistentes al tratamiento conservador, se pueden considerar inyecciones de corticosteroides o plasma rico en plaquetas (PRP) para estimular la curación y reducir la inflamación.
- Cirugía: En casos muy raros y graves, cuando los tratamientos conservadores no han sido efectivos, puede ser necesaria la intervención quirúrgica para reparar o eliminar el tejido dañado.
Es importante destacar que el tratamiento de la tendinosis puede llevar tiempo y requerir paciencia por parte del paciente. La recuperación completa puede llevar semanas o incluso meses, y es fundamental seguir las indicaciones y recomendaciones del profesional de la salud.
En resumen, la tendinosis es una afección degenerativa de los tendones que afecta a muchas personas, especialmente a aquellos que están activos físicamente. Reconocer los factores de riesgo, los síntomas y buscar un tratamiento adecuado es crucial para una recuperación exitosa. Con un enfoque multidisciplinario que incluya reposo, terapia física y, en algunos casos, medidas adicionales como medicamentos o terapias complementarias, se puede lograr una mejora significativa en la función y el bienestar de los tendones afectados por la tendinosis.