En CAMDE, todas las semanas recibimos pacientes con lesiones musculares de todo tipo y distintos grados de importancia. Una de las más habituales es la elongación muscular. Se trata de una lesión leve, que en una plazo de pocos días se soluciona. En este artículo vamos a hablar sobre esta patología, sus síntomas, por qué se produce y cómo podemos tratarla y prevenirla.
Qué es la elongación muscular
La elongación es una forma de lesión muscular que se manifiesta por un estiramiento excesivo del músculo. En ciertos casos, puede haber un pequeña rotura de algunas de las fibras musculares. Es una patología leve, que en periodo de 5 a 10 días debería estar solucionado.
Cuando un grupo más grande de fibras musculares se ve afectado ya no se trata de una elongación sino de una distensión de un ligamento o un desgarro. En este caso, si estamos hablando de una lesión más grave.
Causas
La elongación muscular sucede cuando el músculo se estira más de lo que puede soportar por sus características. Normalmente, aparece durante la práctica de una actividad física. Se puede producir tanto al principio, como durante o al final del ejercicio.
Los principales motivos de esta lesión son los movimientos bruscos, un esfuerzo muscular durante un periodo largo, el cansancio, un desequilibrio, un mal calentamiento, una hidratación escasa o que el equipo o la técnica de entrenamiento o sea la adecuada. Como vemos las causas son de lo más variado.
En nuestra experiencia, la elongación puede aparecer tanto en deportistas de alto nivel como en aficionados, aunque estos segundos son más propensos por tener una menor condición física.
Síntomas
Los principales síntomas de la elongación son la aparición de un dolor durante la actividad física o inmediatamente después de esta. El dolor aumenta cuando se palpa la zona y se contrae el músculo afectado. El dolor puede venir acompañado de rigidez, que imposibilita el funcionamiento normal del músculo. Además se puede hinchar y no aparece equimosis. Contra más grande se la elongación, mayor será el dolor que se padezca y mayor la dificultad de mover el músculo.
Aunque la elongación se puede sufrir en cualquier músculo del cuerpo, hay zonas más propensas como: el glúteo, la pantorilla, la ingle, los abdominales, los isquiotibiales, el dorso o los brazos.
Tratamiento de la elongación muscular
Lo primero que debemos hacer cuando empecemos a padecer los síntomas es parar la práctica deportiva y aplicar hielo en la zona dolorida durante unos 30 minutos. Posteriormente, podemos acompañar el tratamiento de la toma de analgésicos para aliviar el dolor.
El tratamiento de la elongación consiste en enfriar y comprimir el músculo durante algunos días. Además debe ir acompañado de periodo de descanso sin actividad física durante una o dos semanas y la toma de antiinflamatorios para el dolor y la hinchazón. Conforme se vaya pasando el dolor se puede aplicar calor sobre el músculo y hacer ejercicios suaves para llevar sangre a la zona lesionada. A los pocos días debe desaparecer y podremos retomar la vida normal.
Es conveniente acudir a la consulta del especialista para que pueda determinar cuál es la lesión que tenemos, porque en ocasiones puede ser que se sufra algo más complejo.
Prevención
Para prevenir las lesiones musculares en general y la elongación en particular, es aconsejable realizar un buen calentamiento previo a la práctica de la actividad física intensa. Sin embargo, cuando ya estamos fríos es mejor no estirar.
Mientras que hacemos el esfuerzo, es importante ir tomando agua con frecuencia. También debemos modificar el entrenamiento, la técnica de nuestro movimientos y cambiar el equipo que pueda estar causando la lesión. Por último, cuando empecemos a notar el cansancio, es mejor parar la actividad física, ya que si forzamos y seguimos, la probabilidad de sufrir lesiones musculares aumenta.