El doctor Vicente de la Varga ha escrito un artículo en el Diario Sur explicando la relación que hay entre las lesiones en el tendón de Aquiles y el Baloncesto. Para poder leer el artículo original se puede leer aquí. También os lo dejamos a continuación:
«Para la mitología griega Aquiles fue un gran atleta; fuerte, ágil y rápido. Es el protagonista de la Ilíada de Homero y principal héroe de la Guerra de Troya. Fue considerado invencible pero no inmortal pues Tetis, su madre, para dotarlo de inmortalidad lo sumergió en el río Estigia sosteniéndolo por el talón. Pero su talón jamás tocó las aguas, permaneciendo vulnerable como el de cualquier mortal. Y a través de su talón, Aquiles vio terminar su carrera como guerrero.
En Traumatología deportiva es un axioma que hay un antes y un después en el rendimiento de un jugador de baloncesto tras una rotura del tendón de Aquiles. Habitualmente, tras un periodo de recuperación cercano al año, ni la capacidad de salto o respuesta, ni la velocidad en la salida vuelven a ser iguales.
En la NBA, la liga de baloncesto más exigente del mundo, tenemos numerosos ejemplos. En 2019, en el quinto partido de las finales por el título entre los Golden StateWarriors y los Toronto Raptors, un Kevin Durant que reaparecía tras una reciente lesión muscular en los gemelos sufría una rotura completa del tendón de Aquiles derecho a los doce minutos de juego. Ya han pasado ocho meses y el jugador sigue recuperándose. Ya veremos en que forma vuelve a las canchas y si vuelve a ser quien era.
En 2018, el ahora compañero de equipo de Durant en los Golden State Warriors DeMarcus Cousins sufrió una rotura del Aquiles izquierdo mientras jugaba con los New Orleans Pelicans. Tras ser operado volvió a jugar justo al año. Durante las finales de 2019 Cousins no mostró la fuerza ni el empuje que le caracterizó temporadas anteriores en los Pelicans.
El 2017, Rudy Gay jugando con los Sacramento Kings sufrió la rotura completa de su Aquiles izquierdo. Tras volver a la competición a los 11 meses, con su nuevo equipo los San Antonio Spurs, su promedio de puntos, de rebotes o de minutos jugados nunca han vuelto a ser iguales que antes de romperse.
Quizás, el caso más conocido de rotura del tendón de Aquiles fue la del malogrado Kobe Bryant en Abril de 2013 jugando con Los Ángeles Lakers de Pau Gasol. Aún con el tendón roto y cojeando, Kobe anotó los dos tiros libres de rigor tras la falta personal en la que se lesionó y necesitó ayuda para poder retirarse al vestuario. Reapareció ocho meses más tarde, pero ya no era el mismo, pasó de una media de juego de 40 minutos por partido en temporadas anteriores a completar tan sólo seis partidos en la temporada que reapareció y reducir en un 40% sus porcentajes de juego en los dos años siguientes a la rotura.
En España, tenemos casos recientes como la rotura del Aquiles de José Ángel Antelo capitán del UCAM Murcia en 2017 jugando contra el Movistar Estudiantes, que lo ha retirado del baloncesto con 31 años. Un año antes, en 2016 Pau Ribas, escolta del Barcelona que se rompió el Aquiles izquierdo jugando contra el Estrella roja en Belgrado. Tras once meses de recuperación esta temporada está volviendo a recuperar sus estadísticas previas.
Actualmente se encuentran convalecientes, en proceso de recuperación, el exjugador del Unicaja Jayson Granger, que se rompió el Aquiles izquierdo jugando con el Baskonia contra el Estudiantes en Septiembre de 2019, y el jugador del Joventut de Badalona Shawn Dawson que rompió el Aquiles derecho en Octubre del mismo año, nada más comenzar la liga. Habrá que esperar a que se recuperen para comprobar si lo hacen a un nivel similar al de antes de lesionarse.
Un reciente artículo publicado en la revista más prestigiosa de medicina deportiva, The American Journal of Sports Medicine evaluó la vuelta a la competición de deportistas profesionales de distintos deportes: baloncesto, fútbol americano, béisbol y hockey, que sufrieron una rotura del tendón de Aquiles y que fueron intervenidos quirúrgicamente.
Esla mayor serie de jugadores publicada hasta la fecha, con 86 jugadores, y recoge que el 30% de los deportistas lesionados no pudieron volver practicar el deporte de forma profesional, y de los que lo hicieron, su participación en los partidos se limitó a un 75% respecto a su participación previa. Todas las estadísticas de rendimiento personal se redujeron durante los dos años posteriores a la cirugía. De todos los deportes evaluados, los jugadores de baloncesto fueron los que más rendimiento perdieron, tanto en número de partidos jugados, en tiempo de juego y en porcentajes de puntos, rebotes o asistencias.
Para que produzca una rotura completa del tendón de Aquiles hacen falta dos circunstancias: un tendón con una degeneración avanzada -un tendón sano es imposible que se rompa- y una contracción excéntrica -una contracción mientras se está alargando- de suficiente intensidad. Como tratamiento tras una rotura de este tipo se puede optar por un tratamiento conservador sin cirugía o por un tratamiento quirúrgico, dependiendo del tipo de rotura y de la separación de los extremos del tendón. En los deportistas de élite hay consenso unánime en que el tratamiento de elección es siempre quirúrgico.
Tras la cirugía se mantiene un periodo de inmovilización con una bota durante seis a ocho semanas, tras las cuales se autoriza progresivamente la carga de peso y se inicia la fisioterapia para recuperar la movilidad y la masa muscular perdida. Es un proceso arduo y largo, que nos permitirá volver a correr a los cuatro meses y a competir entre los seis y ocho meses.
La edad media de los jugadores de baloncesto que sufren una rotura del tendón de Aquiles supera los 30 años. Ya que la capacidad de recuperación física disminuye drásticamente al superarse la treintena, y que habitualmente a partir de esa edad los jugadores comienzan de una forma paulatina su declive, es frecuente que pocos jugadores vuelva a rendir al mismo nivel de antes de lesionarse.
Se ha comprobado que en los casos en los que el jugador ha vuelto a recuperar las estadísticas de rendimiento de antes de romperse el Aquiles, el periodo de recuperación ha sido de dos años, y generalmente ocurre en jugadores más jóvenes, recién cumplida su treintena. Una adecuada funcionalidad del tendón de Aquiles es imprescindible para las fases de despegue y aterrizaje del salto, la carrera y la marcha. Un mínimo acortamiento, rigidez o dolor en el tendón altera enormemente su funcionalidad disminuyendo mucho su rendimiento.
La rotura de Aquiles es la lesión que con más frecuencia ocasiona la retirada precoz de un jugador de baloncesto y la que condiciona un peor rendimiento en los dos años posteriores a la cirugía. Como le ocurrió al mitológico Aquiles, su tendón es la causa del final de la carrera deportiva de muchos jugadores de baloncesto.»