El genu varo es una deformidad del eje de la pierna caracterizada por una inclinación hacia adentro de la tibia en relación con el fémur, lo que provoca que las rodillas se separen mientras los tobillos permanecen juntos. Esta condición, comúnmente conocida como «piernas arqueadas», puede presentarse tanto en niños como en adultos, y su tratamiento depende de la causa subyacente y la gravedad de la deformidad.
Anatomía y biomecánica del genu varo
Desde una perspectiva traumatológica, el genu varo implica una alteración en el alineamiento normal del miembro inferior. El ángulo formado entre el fémur y la tibia debería estar alineado en un eje recto, de manera que la carga del cuerpo se distribuya de manera equitativa a través de la articulación de la rodilla. En el genu varo, este eje se desvía, con un aumento en la carga en la porción medial (interna) de la rodilla y una sobrecarga de las estructuras ligamentarias, meniscales y óseas en esa región.
El genu varo también puede alterar la distribución de las fuerzas a lo largo del pie y del tobillo, provocando sobrecargas que con el tiempo podrían desencadenar otros problemas ortopédicos, como el desarrollo de una artrosis precoz, que es una de las complicaciones más temidas en los pacientes adultos.
Causas del genu varo
Existen múltiples causas que pueden generar esta deformidad. Las más comunes incluyen:
- Fisiológico en la infancia: El genu varo es normal en los primeros años de vida. En la mayoría de los casos, las piernas se enderezan naturalmente a medida que el niño crece, alcanzando un alineamiento normal entre los 2 y 3 años de edad.
- Displasias óseas: Trastornos del desarrollo esquelético, como la acondroplasia, pueden causar deformidades angulares de los miembros inferiores.
- Raquitismo: Un trastorno metabólico debido a una deficiencia de vitamina D que provoca debilidad en los huesos, contribuyendo a deformidades óseas como el genu varo.
- Artrosis: En adultos, el desgaste progresivo de la articulación de la rodilla, especialmente en la parte medial, puede causar una inclinación varo. Es una causa común en pacientes mayores.
- Traumas o lesiones: Fracturas mal consolidadas, deformidades postraumáticas y otras alteraciones en el alineamiento óseo también pueden derivar en un genu varo.
Diagnóstico
El diagnóstico del genu varo se realiza mediante una cuidadosa evaluación clínica y radiológica. El traumatólogo examina la alineación de las extremidades inferiores, la movilidad de las articulaciones y la presencia de dolor, inestabilidad o limitaciones funcionales. A nivel radiológico, se utilizan radiografías para medir el ángulo del varo y evaluar si existe desgaste articular u otras anomalías óseas. Es importante tener en cuenta el historial clínico del paciente, ya que la causa del genu varo influirá en el enfoque del tratamiento.
Tratamiento del genu varo
El tratamiento del genu varo varía según la edad del paciente, la causa de la deformidad y la gravedad de los síntomas. Como traumatólogo, el enfoque puede ser tanto conservador como quirúrgico:
Tratamiento conservador
En casos leves, especialmente en niños pequeños donde la deformidad es fisiológica, se suele recomendar la observación, ya que la mayoría de las veces se corrige con el crecimiento. En adultos, los tratamientos conservadores incluyen:
- Fisioterapia: El fortalecimiento de los músculos del muslo y la rodilla puede ayudar a estabilizar la articulación y reducir el dolor.
- Uso de ortesis: Los dispositivos ortopédicos, como plantillas o rodilleras, pueden mejorar la alineación de la extremidad y aliviar la presión en las zonas afectadas.
- Medicamentos: En casos de dolor, pueden prescribirse antiinflamatorios no esteroideos (AINEs) para reducir los síntomas.
Tratamiento quirúrgico
En deformidades más graves o progresivas, donde el tratamiento conservador no proporciona alivio, se puede recurrir a la cirugía. Las opciones quirúrgicas incluyen:
- Osteotomía: En esta técnica, se realiza un corte controlado en el hueso (generalmente el fémur o la tibia) para corregir el ángulo de deformidad y restaurar el alineamiento normal. Es especialmente eficaz en pacientes jóvenes con artrosis temprana o cuando la deformidad es pronunciada.
- Artroplastia: En pacientes mayores con genu varo avanzado y artrosis severa, se puede recomendar el reemplazo total de rodilla. Esta cirugía permite restaurar la función de la articulación y alinear correctamente el miembro.
- Distracción osteogénica: En algunos casos, sobre todo en displasias o deformidades graves, se puede emplear un fijador externo para corregir la deformidad progresivamente mientras el hueso se regenera.
Pronóstico y complicaciones
El pronóstico del genu varo depende de varios factores, como la causa subyacente, la gravedad de la deformidad y el tratamiento elegido. En niños con genu varo fisiológico, la corrección espontánea es la regla general. En adultos, si no se trata adecuadamente, el genu varo puede progresar a artrosis severa, limitando la calidad de vida del paciente.
Las complicaciones del genu varo no tratado pueden incluir:
- Dolor crónico en la rodilla.
- Desgaste prematuro de la articulación.
- Aumento de la predisposición a lesiones ligamentarias.
- Disminución de la movilidad articular.
En cuanto al tratamiento quirúrgico, si bien suele ser efectivo, conlleva los riesgos inherentes a toda cirugía, como infecciones, problemas con la cicatrización y la necesidad de posibles cirugías adicionales.
Como traumatólogo, es fundamental comprender las causas, los síntomas y las posibles complicaciones del genu varo para ofrecer un diagnóstico y tratamiento adecuados. El manejo de esta deformidad debe ser individualizado, considerando tanto las características del paciente como la evolución de la enfermedad. Un enfoque temprano y adecuado puede prevenir complicaciones a largo plazo y mejorar significativamente la calidad de vida de quienes padecen esta condición.