Los pies y los tobillos son zonas muy sensibles para que los deportistas puedan realizar su actividad pero también están expuestas a lesiones. Una de ellas es el síndrome de Haglund. A continuación, veremos de qué se trata esta patología que afecta a esta zona.
Qué es el síndrome de Haglund
El síndrome de HAGLUND es la presentación dolorosa de la calcificación insercional del tendón de Aquiles. El crecimiento óseo aumentado puede aparecer en la tuberosidad calcánea, dónde se insertan las fibras anteriores y posteriores del tendón.
El síndrome de Haglund (o tendinopatía de inserción) es una patología que se caracteriza por la presencia de una exostosis (crecimiento anómalo de un hueso) en la zona de la inserción del tendón de Aquiles, en la parte posterior del talón.
El impacto continuado sobre el suelo mientras corremos o practicamos otros deportes aumenta la tensión en el tendón de Aquiles. Esto, junto con el roce continuo del zapato y no realizar unos correctos estiramientos, puede provocar un acortamiento en la musculatura posterior de la pierna y aumentar la incidencia de esta patología.
La protuberancia altera la morfología del calcáneo, y junto con el roce del zapato provoca una inflamación en la bolsa serosa (bolsa llena de líquido) entre el tendón de Aquiles y la piel, creándose una capa de piel más dura (callosidad).
Síntomas
Los síntomas más importantes de este síndrome son:
- Bultoma (espolón) en el talón, aumentando la inflamación en la zona posterior del mismo, siendo visible a simple vista.
- Dolor localizado en la inserción del tendón de Aquiles.
- Flexión dorsal del pie dolorosa, causada por la fricción del tendón y el hueso.
- Enrojecimiento y rozaduras en la parte que está en contacto con el calzado.
Causas
Los factores predisponentes más relevantes de esta patología son:
- Zapatos demasiado ajustados con un contrafuerte rígido que aumenta el roce en la zona del talón.
- Un arco plantar aumentado (típico de pies cavos) que favorece la tensión de la cadena posterior.
- Acortamiento de la musculatura posterior.
¿Cómo puedo tratar el síndrome de Haglund?
A la hora de tratar esta patología, nuestros especialistas tanto en el pie y tobillo como en la biomecánica aconsejan:
-Calzado adecuado. Cambiar el calzado que te provoca roce y compresión en la zona del talón.
-Estiramientos específicos. Estiramientos de la musculatura posterior de la pierna para evitar la retracción de la musculatura.
-Estudio biomecánico de la pisada. Realizarse un estudio de la pisada para poder modificar y tratar los factores biomecánicos que provocan esta lesión con una plantilla personalizada. Este es uno de los más importantes, y sin embargo, más olvidado.
-Ondas de choque. Si el espolón óseo está muy acentuado, las ondas de choque pueden ser una buena opción terapéutica, para disminuir el tamaño del espolón y disminuir la inflamación de los tejidos.
–Cirugía. En caso de no obtener buenos resultados con el tratamiento conservador que hemos ido detallando en los anteriores puntos, hay que valorar el tratamiento quirúrgico y eliminar la exóstosis ósea. No se trata de una intervención complejo pero si requiere cierto tiempo de recuperación, ya que es en una zona bastante sensible.