Dr. VICENTE DE LA VARGA

TRAUMATOLOGÍA DEPORTIVA, CIRUGÍA ARTROSCÓPICA Y REGENERACIÓN DEL CARTÍLAGO

Tendinitis rotuliana

CAMDE
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Clínica de traumatología y fisioterapia en Málaga

Todo lo que debes saber sobre la tendinitis rotuliana: causas, síntomas y tratamiento

La tendinitis rotuliana, también conocida como rodilla del saltador, es una lesión común que afecta principalmente a atletas y personas que realizan actividades físicas de alta intensidad. Esta afección se caracteriza por la inflamación del tendón rotuliano, una estructura fundamental que conecta la rótula con la tibia y permite la extensión de la pierna. En este artículo, exploraremos en detalle las causas, los síntomas, los factores de riesgo y los tratamientos disponibles para esta patología.

¿Qué es la tendinitis rotuliana?

La tendinitis rotuliana es una inflamación o irritación del tendón rotuliano. Este tendón desempeña un papel crucial en la biomecánica de la rodilla, ya que transmite la fuerza generada por los músculos del cuádriceps hacia la pierna inferior. Cuando se somete a esfuerzos repetitivos o excesivos, el tendón puede sufrir pequeñas microlesiones que, si no se tratan adecuadamente, desencadenan una respuesta inflamatoria y dolor.


Causas de la tendinitis rotuliana

Entre las principales causas de la tendinitis rotuliana, encontramos:

  1. Sobrecarga mecánica: Actividades como correr, saltar o levantar peso generan un impacto repetitivo en la rodilla, aumentando la presión sobre el tendón rotuliano.
  2. Técnica deportiva inadecuada: Movimientos incorrectos o desequilibrados pueden predisponer al desarrollo de esta lesión.
  3. Falta de calentamiento o estiramiento: La preparación insuficiente antes del ejercicio incrementa la rigidez del tendón, haciéndolo más propenso a sufrir lesiones.
  4. Desequilibrios musculares: Unos músculos del cuádriceps débiles o descompensados pueden sobrecargar el tendón rotuliano.
  5. Factores anatómicos: Problemas como pies planos, discrepancia en la longitud de las piernas o una mala alineación de la rótula aumentan el riesgo.

Síntomas más comunes

Los pacientes con tendinitis rotuliana suelen experimentar los siguientes síntomas:

  • Dolor en la parte frontal de la rodilla: Este suele localizarse justo debajo de la rótula y aumenta con actividades como correr, saltar o subir escaleras.
  • Rigidez y sensibilidad: Especialmente notable después de periodos de inactividad.
  • Inflamación leve o moderada: Aunque no siempre está presente, algunos pacientes pueden notar hinchazón alrededor del tendón.
  • Debilidad muscular: Puede afectar el rendimiento deportivo o la capacidad para realizar actividades cotidianas.

El dolor inicial suele ser intermitente, pero si no se trata, puede volverse crónico y limitar significativamente la movilidad.


Diagnóstico de la tendinitis rotuliana

El diagnóstico de esta lesión debe ser realizado por un traumatólogo o un especialista en medicina deportiva. Incluye:

  1. Historia clínica: El médico analizará los síntomas, antecedentes deportivos y factores de riesgo del paciente.
  2. Examen físico: Se evaluará la movilidad de la rodilla, la fuerza muscular y se realizarán pruebas específicas para localizar el dolor.
  3. Pruebas de imagen: La ecografía y la resonancia magnética (RMN) son útiles para confirmar el diagnóstico y evaluar la gravedad de la lesión.

Tratamiento para la tendinitis rotuliana

El tratamiento de la tendinitis rotuliana puede ser conservador o quirúrgico, dependiendo de la gravedad de la lesión.

Tratamiento conservador

La mayoría de los casos de tendinitis rotuliana se manejan sin cirugía, utilizando los siguientes métodos:

  1. Reposo y modificación de actividades: Es fundamental reducir o suspender las actividades que generan dolor.
  2. Aplicación de frío: Colocar compresas frías sobre la rodilla ayuda a disminuir la inflamación y aliviar el dolor.
  3. Terapia física:
    • Estiramientos: Los ejercicios de elongación de cuádriceps e isquiotibiales mejoran la flexibilidad.
    • Fortalecimiento muscular: Enfocado en el cuádriceps y los músculos estabilizadores de la rodilla.
    • Técnicas de liberación miofascial: Ayudan a aliviar la tensión en el tendón.
  4. Uso de ortesis: Bandas rotulianas o rodilleras pueden reducir la presión sobre el tendón.
  5. Fisioterapia avanzada: Tratamientos como la terapia con ondas de choque o el ultrasonido pueden acelerar la recuperación.
  6. Medicamentos antiinflamatorios: En algunos casos, el médico puede recetar analgésicos o antiinflamatorios no esteroides (AINEs).

Tratamiento quirúrgico

Cuando los métodos conservadores no son efectivos, el traumatólogo puede recomendar una cirugía. Esta opción es menos común y se utiliza en casos crónicos o con daño estructural significativo. Los procedimientos quirúrgicos pueden incluir la reparación del tendón o la remoción del tejido inflamado.


Prevención de la tendinitis rotuliana

Prevenir esta lesión es clave, especialmente para quienes practican deportes de alto impacto. Aquí te dejamos algunas recomendaciones:

  1. Calentamiento adecuado: Antes de cualquier actividad física, realiza ejercicios de movilidad y estiramiento.
  2. Fortalecimiento muscular: Incluye ejercicios específicos para los cuádriceps, glúteos e isquiotibiales.
  3. Técnica correcta: Asegúrate de realizar los movimientos de manera adecuada y consulta a un entrenador profesional si es necesario.
  4. Uso de calzado apropiado: Escoge zapatillas que brinden soporte y absorban los impactos.
  5. Escucha a tu cuerpo: Detente si sientes dolor y busca atención médica si los síntomas persisten.

¿Cuándo consultar a un traumatólogo?

Es importante acudir al traumatólogo si experimentas:

  • Dolor persistente en la parte frontal de la rodilla.
  • Dificultad para realizar actividades cotidianas como caminar o subir escaleras.
  • Empeoramiento progresivo de los síntomas pese al reposo.

El traumatólogo es el especialista indicado para evaluar la lesión, diseñar un plan de tratamiento personalizado y prevenir complicaciones a largo plazo.


Conclusión

La tendinitis rotuliana es una lesión que puede afectar significativamente la calidad de vida de quienes la padecen. Sin embargo, con un diagnóstico oportuno y un tratamiento adecuado, es posible recuperarse por completo. Si sientes dolor en la rodilla o sospechas que podrías tener esta afección, no dudes en consultar a un traumatólogo. Este profesional te guiará en el proceso de recuperación y te ayudará a prevenir futuras lesiones.

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