El doctor Vicente de la Varga da su opinión como experto en medicina deportiva sobre si deben disputarse o no los Juegos Olímpicos. Podéis ver el artículo original en Diario Sur.
«Ante la imparable e incierta progresión mundial del coronavirus, todos los que de una forma u otra trabajamos en el mundo del deporte nos preguntábamos cuánto iba a tardar el COI en aplazar los Juegos Olímpicos de Tokio. Son muchas e importantes las razones para aplazarlos.
El primer motivo por el que no deben disputarse las Olimpiadas este año es porque en julio aún estaremos inmersos en plena crisis del coronavirus. Partiendo de las opiniones de los científicos experimentados y analizando lo ocurrido en otros países, en España el confinamiento va a durar dos meses para posteriormente, y con muchas restricciones y cautelas, necesitar un mínimo de dos o tres meses adicionales para ir volviendo a la normalidad. Otros países como Estados Unidos o Gran Bretaña, que van con dos semanas de retraso respecto a nuestra evolución -al igual que nosotros vamos dos semanas retrasados con Italia-, desarrollarán un proceso similar, con mayor o menor repercusión e intensidad pero que tardará un mínimo de seis meses en volver a la normalidad.
Por otra parte, los atletas del mundo van a tener posibilidades muy desiguales para entrenarse al irse sucediendo los periodos de cuarentena en los distintos países. En el mundo del deporte de alto nivel, en el que un segundo, un centímetro o una canasta marcan la diferencia al estar la perfección llevada a su máxima expresión, no parece justo comparar sus capacidades sin las mismas opciones de entrenamiento. El anuncio del aplazamiento de los Juegos causará en los deportistas, pese a la desilusión inicial, una disminución drástica de la ansiedad que llevan muchas semanas aguantando debido a la incertidumbre por si se celebrarían o no. Se evitarán posibles lesiones por entrenamientos inadecuados y se podrán planificar los entrenamientos con más serenidad.
Finalmente, y creo que es el motivo más importante para que no se celebren los Juegos, no parece razonable, incluso si para entonces se hubiera controlado la pandemia, congregar a miles de deportistas en residencias, pabellones o campos de juego, y mucho menos reunir a cientos de miles de espectadores en las gradas y en hoteles y restaurantes. Los Juegos Olímpicos son una muestra de superación de los límites del ser humano, pero ahora es tiempo de superar esos límites cada uno encerrado en casa con su familia, batir el récord de convivencia, paciencia y solidaridad, y aplaudir el trabajo de las personas que permiten que estemos seguros esperando que esta pesadilla pase. Sin duda superaremos esta crisis, y lo haremos todos juntos aunque ahora toque estar separados.»