La fractura de omóplato, también conocida como escápula, es una lesión menos común en comparación con otras fracturas óseas, como las fracturas de muñeca o de cadera. Sin embargo, aunque es menos frecuente, no se puede subestimar su impacto en la movilidad y la calidad de vida de un individuo. La escápula es un hueso grande y triangular que se encuentra en la parte posterior del tórax, y desafortunadamente, cuando se fractura, puede presentar complicaciones significativas.
Causas y mecanismos de lesión
Las fracturas de omóplato pueden ser causadas por una variedad de eventos traumáticos, que incluyen accidentes automovilísticos, caídas desde una altura significativa, impactos directos en el hombro o la espalda, y lesiones deportivas, particularmente en deportes de contacto como el fútbol americano o el hockey. El mecanismo de lesión comúnmente implica una fuerza directa o indirecta sobre el hueso, lo que puede resultar en fracturas parciales o completas de la escápula.
Síntomas y diagnóstico
Los síntomas de una fractura de omóplato pueden variar dependiendo de la gravedad de la lesión, pero típicamente incluyen dolor intenso en el hombro y la espalda, inflamación localizada, hematomas visibles, dificultad para mover el brazo y sensibilidad al tacto en la zona afectada. En casos de fracturas más graves, puede haber deformidad evidente o incluso protrusión del hueso fracturado a través de la piel.
El diagnóstico de una fractura de omóplato generalmente se realiza mediante radiografías estándar, aunque en algunos casos pueden ser necesarias pruebas de imagen adicionales, como tomografías computarizadas (TC) o resonancias magnéticas (RM), para evaluar la extensión precisa de la lesión y detectar posibles lesiones asociadas en tejidos blandos.
Tratamiento y rehabilitación
El tratamiento de una fractura de omóplato varía según la gravedad de la lesión y la estabilidad del hueso fracturado. En casos de fracturas no desplazadas o mínimamente desplazadas, el tratamiento conservador con inmovilización del hombro afectado mediante el uso de cabestrillos y terapia física para mantener la movilidad articular puede ser suficiente para permitir la curación adecuada.
Sin embargo, en fracturas desplazadas o fracturas asociadas con otros tipos de lesiones, puede ser necesaria una intervención quirúrgica para realinear y estabilizar el hueso fracturado con placas, tornillos o clavos ortopédicos. La cirugía también puede ser requerida si hay compromiso de los nervios o vasos sanguíneos cercanos.
La rehabilitación después de una fractura de omóplato es crucial para restaurar la fuerza y la función del hombro afectado. Esto puede incluir ejercicios de estiramiento y fortalecimiento supervisados por un fisioterapeuta, así como terapia ocupacional para ayudar a reintegrar al paciente a sus actividades diarias y laborales.
Pronóstico y complicaciones
En general, el pronóstico para la recuperación de una fractura de omóplato suele ser bueno, especialmente con un tratamiento adecuado y rehabilitación temprana. Sin embargo, en algunos casos pueden surgir complicaciones, como la consolidación incorrecta del hueso fracturado, la pérdida de rango de movimiento en el hombro o el desarrollo de osteoartritis en la articulación del hombro a largo plazo.
Es importante que cualquier persona que experimente síntomas sugestivos de una fractura de omóplato busque atención médica de inmediato para recibir un diagnóstico preciso y un tratamiento adecuado. Con una intervención oportuna y un cuidado adecuado, la mayoría de las personas pueden esperar una recuperación completa y la restauración de la función normal del hombro afectado.

