Dr. VICENTE DE LA VARGA

TRAUMATOLOGÍA DEPORTIVA, CIRUGÍA ARTROSCÓPICA Y REGENERACIÓN DEL CARTÍLAGO

¿En qué consiste el tratamiento de una rotura de menisco?

tratamiento de una rotura de menisco
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Clínica de traumatología y fisioterapia en Málaga

El Dr. De la Varga, especialista en Traumatología, expone a continuación qué es una rotura de menisco, cuáles son los posibles tratamientos a los que se puede recurrir según el tipo de rotura y la condición del paciente, y cuáles son las fases de la recuperación.

¿Qué son los meniscos?

Los meniscos son unas estructuras fibrocartilaginosas, semiblandas, que se sitúan entre el fémur y la tibia, y su función es mejorar el encaje entre ambos huesos favoreciendo la estabilidad articular y amortiguar la carga que soporta del cartílago.

Hay dos meniscos en cada rodilla, uno en su cara interna y otro en la cara externa. Su forma semilunar y su perfil similar a una cuña favorecen el perfecto encaje entre el cóndilo femoral curvado y el platillo tibial plano, permitiendo así distribuir de una forma más uniforme la transmisión del peso del fémur a la tibia.

En el menisco se diferencian tres zonas en función del aporte sanguíneo que reciben:

– La zona vascular (zona roja), de 3 a 5 mm de espesor, es la más exterior, cercana a la cápsula articular, y es la que recibe aporte sanguíneo y tiene terminaciones nerviosas. Las roturas en esta zona son muy dolorosas, pero son las que mejor responden a la sutura meniscal.

– La zona intermedia, de 3 a 4 mm de espesor recibe escaso aporte sanguíneo. Tiene pocas posibilidades de cicatrizar si se sutura, sin embargo, si se estimula, su regeneración con terapias biológicas se consiguen tasas de cicatrización similares a las de la zona roja.

– La zona avascular (zona blanca) corresponde al resto del menisco. El borde libre que se va progresivamente adelgazando carece de irrigación sanguínea y de terminaciones nerviosas y no tiene capacidad para cicatrizar. Las roturas es esta zona precisan de resecación.

Tratamiento de una rotura meniscal

Cada vez somos más conscientes de la importancia de conservar los meniscos, pues conocemos su fundamental papel en la estabilización de la rodilla y en la absorción de cargas e impactos protegiendo los cartílagos de la rodilla.

Tipos de tratamientos:

– Meniscectomía parcial

Consiste en la resección de la parte del menisco dañada preservando la mayor proporción posible.

– Sutura y reparación meniscal

El éxito de la reparación meniscal depende de tres factores: un suministro vascular adecuado en la zona a suturar, la estabilidad general de la rodilla y la edad del paciente.

Son factores de peor pronóstico para la cicatrización de una sutura meniscal si la rotura es compleja, con gran desestructuración del menisco o si aparece en una rodilla con rotura crónica de los ligamentos cruzados o con gran atrofia muscular que originen una importante inestabilidad de la rodilla. En pacientes jóvenes se intenta siempre la reparación meniscal.

En pacientes de mayor edad y con una actividad física menos demandante se opta por la meniscectomía limitada. Aunque se ha comprobado que los pacientes de más edad mejoran tan bien como los pacientes más jóvenes en desgarros seleccionados, hay una proporción de complicaciones más altas y el beneficio a largo plazo de conservar el menisco es menor en este tipo de pacientes, pues no tendrán tantas posibilidades de desarrollar una artrosis.

Las técnicas de reparación meniscal artroscópica se realizan mediante suturas y dispositivos biodegradables. La tasa de complicación para la reparación del menisco es aproximadamente del 15%, siendo ligeramente más alto para el medial que para las reparaciones del menisco externo.

– Implantes e injertos meniscales

Son sustitutos artificiales de los meniscos, pueden ser naturales (colágeno) o sintéticos (poliuretano), que se emplean para ocupar el espacio que queda tras extirpar una porción de menisco roto. Su objetivo es evitar, sobre todo en pacientes jóvenes, la aparición de un síndrome postmeniscectomía y una artrosis precoz. Sobre este menisco artificial, que es realmente una matriz inerte, deben crecer células que conviertan este tejido artificial en un tejido vivo, para que pueda mantenerse en el tiempo.

Para que puedan ser utilizados requieren unas condiciones determinadas, como que debe quedar menisco sano en ambos lados del injerto para poder suturarlo y que quede estable.

– Trasplantes de menisco

Se realizan con injertos liofilizados o congelados de meniscos completos procedentes de cadáver. Su uso es similar al expuesto en los implantes meniscales pero en los casos en los que se ha extirpado la mayor parte del menisco original. Se emplean para evitar la aparición precoz de una artrosis de rodilla, sobre todo en pacientes jóvenes.

Recuperación en una cirugía de menisco

La recuperación de una cirugía meniscal, al ser una cirugía artroscópica mínimamente invasiva, es muy rápida, aunque su duración depende de la técnica quirúrgica empleada:

– Meniscectomía parcial: en el caso de que el menisco no sea recuperable y se opte por eliminar la porción de menisco dañada, el periodo de recuperación es de 3 semanas para una vida normal y 6 semanas para la vuelta a la actividad deportiva intensa.

El paciente es dado de alta a las pocas horas de la intervención. Durante las primeras 48h deberá caminar con muletas con apoyo parcial y aplicar medidas para la reducción de la inflamación. Al tercer día comenzará la fisioterapia encaminada a recuperar el tono muscular y la movilidad completa, que se debe conseguir al final de la primera semana de fisioterapia, momento en el que dejará de usar las muletas.

Durante la segunda semana empezará a utilizar la bicicleta para la potenciación muscular y para la tercera semana continuará con elíptica y marcha rápida para recuperar el tono muscular

– Sutura meniscal: el proceso es similar al expuesto para las meniscectomías parciales. La diferencia es que se alargan los tiempos, pues se debe defender la sutura meniscal hasta que este cure. Durante las tres primeras semanas se mantendrá la marcha con muletas sin apoyar el pie en el suelo y se limitará la flexión de la rodilla a 90º, evitando la flexión máxima. En estas semanas se realizará la potenciación muscular y los ejercicios de propiocepción sin carga. Semanalmente se realizarán infiltraciones ecoguiadas de factores de crecimiento en el menisco suturado para aumentar las probabilidades de curación.

A partir de la tercera semana se empezará con la carga parcial durante unos días más para dejar las muletas a las 6 semanas, momento en el que tendrá que haber recuperado la movilidad articular completa. El retorno a la actividad deportiva y la competición se producirá a los 3 meses de la sutura meniscal.

Resumen
¿En qué consiste el tratamiento de una rotura de menisco?
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¿En qué consiste el tratamiento de una rotura de menisco?
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Las lesiones en la rodilla son frecuentes en el deporte. El doctor Vicente de la Varga nos cuenta en qué consiste el tratamiento de una rotura de menisco
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