¿Qué es la fractura por estrés?
Una fractura por estrés es una fisura pequeña causada por una fuerza repetitiva, generada por el sobreuso. Las zonas más comunes de las fracturas por estrés ocurren en los huesos del pie en el segundo y tercer metatarso, y la parte inferior de la pierna, que llevan el peso del cuerpo. Las fracturas por estrés constituyen el 2% de todas las lesiones por deporte en los atletas. Las fracturas por estrés también pueden encontrarse en el talón, en el hueso de la parte exterior de la pantorrilla, y en el hueso de la parte superior del pie conocido como navicular.
Síntomas de fractura por sobrecarga
El principal síntoma de una fractura por sobrecarga es el dolor leve o profundo. Si el dolor no se trata puede volverse severo e incluso desplazar la fractura. El conjunto de síntomas de una fractura son:
- Dolor leve y/o debilidad en la zona afectada.
- Dolor profundo en el pie, tobillo, o dedo del pie.
- Sensibilidad en el lugar de la fractura.
- Hinchazón en la parte superior del pie o en el tobillo.
- El dolor aumenta durante o después de las actividades cotidianas.
Causa de la fractura por estrés
Las causas son ocasionadas por actividades nuevas que se producen de forma repetitivas, y en las que se involucran los huesos. Otras de las causas de fracturas por estrés pueden ser las siguientes:
- Los músculos se cansan y el impacto repetitivo llega a los huesos.
- Cambio de actividades.
- Prácticas inadecuadas de entrenamiento o errores de técnica.
- Cambios en la superficie; por ejemplo, ir de una superficie blandas a unas duras.
- Actividades repetitivas en deportes de alto impacto.
- Calzado inadecuado.
- Problemas en los pies, como juanetes, ampollas, o tendinitis, que influyen en la manera que el pie toca el suelo.
- Osteoporosis u otras enfermedades que debilitan la fuerza y densidad de los huesos.
- Falta de vitamina D
Diagnóstico de una fractura por estrés
Para confirmar el diagnóstico de una fractura es necesario asistir al traumatólogo para que pueda realizar las siguientes pruebas:
Examen físico
En la primera visita, el médico recogerá los datos sobre los factores de riesgo del paciente para las fracturas de estrés. El médico realizara preguntas acerca del tipo de trabajo del paciente, sus actividades, y los medicamentos que pueda estar tomando. El médico te examinará el pie o el tobillo.
Rayos-X
Esta prueba de rayos-X para fracturas por estrés no ayuda a ver las pequeñas fisuras, a menos que la fractura haya comenzado a curarse. Cuando la fractura comienza a curarse crea una dureza, callo, o bulto, que se puede observar en los rayos-X. Los médicos suelen hacer una gammagrafía ósea o una resonancia magnética, ya que detectan mejor las fracturas por estrés.
Gammagrafía ósea
En la gammagrafía ósea se inyecta en la sangre una sustancia radioactiva. La sustancia se acumula en el hueso y se mantiene en las zonas donde el hueso se está curando. En la gammagrafía la zona que está afectada por la fractura por estrés se podrá ver más oscura que en las zonas sana.
Imágenes por resonancia magnética
La resonancia magnética es una técnica que produce imágenes muy claras de todas las partes del cuerpo, mediante un imán grande y ondas de radio. La resonancia magnética es la más utilizada porque no hay exposición a la radiación, y facilita mejor el diagnóstico de diferentes tipos de hueso y/o anormalidades del tejido blando.
Tratamiento para fractura por sobrecarga
El tratamiento para la fractura por sobrecarga pasa principalmente por el reposo para reducir la carga que soporta la extremidad afectada y facilitar la cicatrización. La fase de reposo tendrá una duración de unas 6-8 semanas. En los casos en los que la fractura cause un desplazamiento puede ser necesaria la inmovilización o la cirugía.
Para ayudar que las pequeñas fisuras se recuperen en el menor tiempo posible te aconsejamos llevar a cabo las siguientes pautas:
- Descansa y no apoyes peso sobre la zona afectada.
- Aplica hielo para reducir la inflamación y aliviar el dolor.
- Comienza la actividad progresivamente y retoma la actividad cuando el médico te lo recomiende, evitando las actividades de alto impacto.
- Utiliza calzado adecuado.
- Realiza ejercicios con máquinas.
- Mantén una dieta equilibrada y adecuada