Son muchos los factores que pueden influir en el desarrollo de una pseudoartrosis, con lo que el tratamiento debe ser valorado por un profesional médico que pueda localizar de forma efectiva el motivo de la aparición y el tipo ante el que se encuentra. Por ello, hemos hecho este artículo, donde recogemos todos los detalles de esta patología.
¿Qué es la pseudoartrosis?
La pseudoartrosis es una enfermedad que se produce cuando un hueso no se cura bien tras una fractura. En otras palabras es una fractura ósea que no se puede curar sin intervención, ya que el organismo percibe los fragmentos del hueso como si fueran huesos separados, por lo que no intenta fusionarlos. Los niños pueden padecerla de manera congénita, pero es más común entre adultos.
¿Qué síntomas presenta la pseudoartrosis?
Los síntomas son parecidos a los de la artrosis, entre los que destacan la falta de movilidad, tras la supuesta recuperación de una fractura o una intervención quirúrgica, dolor, notar chasquidos y que se muevan los huesos de la zona y en algunos casos tener la zona enrojecida o incluso fiebre.
¿Cuáles son las causas de la pseudoartrosis?
Las causas pueden estar relacionadas con varios factores:
- Paciente: edad avanzada, mal estado nutricional, consumo de alcohol o nicotina y disturbios metabólicos como hiperparatiroidismo.
- Fractura: separación o pérdida de hueso en la zona de la fractura, infección, interposición de tejido blando, daño en los músculos de alrededor de la fractura y pérdida de suministro sanguíneo.
- Tratamiento: inmovilización insuficiente, reducción inadecuada o dispositivos de fijación aplicados de forma inadecuada.
¿Se puede prevenir la pseudoartrosis?
Si la causa está relacionada con el tratamiento, se puede prevenir tratando bien la lesión ósea y, si es necesario, recurriendo a la cirugía antes de que se complique. En el caso de otro tipo de motivos, es más compleja su prevención, ya que no son factores que se puedan prevenir.
¿En qué consiste el tratamiento de la pseudoartrosis?
Una vez que está diagnosticada la patología, es necesario ver cómo es la fractura y cómo ha sido abordada. De esta manera, podemos llevar a cabo un nuevo tratamiento de consolidación ósea. Los principales tratamientos a los que se puede recurrir son:
- Estimulación eléctrica: hace que las células óseas formen la estructura de hidroxiapatita para evitar que el hueso se doble.
- Injerto de hueso: utilizando hueso del mismo paciente o de un donante, se coloca en la lesión para estimular la curación del hueso dañado.
- Fijación: puede ser mediante placas de metal, tornillos, pernos o varillas. Se pueden atornillar o colocar en el interior del hueso para estabilizar los fragmentos del hueso fracturado.