Cuando sufrimos algún tipo de lesión en el hueso, puede resultar complicado discernir si se trata de una fisura ósea o una fractura, ya que los síntomas pueden ser muy parecidos. En los accidentes automovilísticos se producen fracturas bastante aparatosas en las que se ve que el hueso está partido e incluso atraviesa la piel, aunque no es lo más habitual. Los términos también pueden llegar a confundirse, aunque la diferencia entre fisura ósea y fractura a nivel conceptual es bastante fácil de diferenciar.
En la fisura y fractura la intensidad del dolor es muy similar y para confirmar un diagnóstico es necesario una radiografía. Es importante determinar de que se trata ya que el tratamiento que se llevará a cabo para cada caso es distinto.
¿Qué es el tejido óseo?
El hueso está compuesto por 2 sustancias: minerales (como el carbonato o el fosfato de calcio) y agua. En termino orgánicos, el hueso está compuesto por proteínas y colágeno. Todos estos elementos se combinan a la perfección, para hacer del hueso un tejido firme y resistente, pero a la vez elástico.
En el tejido de un hueso encontramos una clara división:
- Hueso compacto, también llamado hueso cortical (que proviene de la palabra corteza, ya que en la parte más externa del hueso es donde se ubica este tipo de tejido óseo). Es la zona del hueso más sólida, y es en donde los compuestos mencionados anteriormente se disponen a manera de láminas.
- Hueso trabecular, reticulado o esponjoso(llamado así por la disposición que adopta el tejido, entrelazándose entre él mismo formando compartimientos, que visualmente se ve como una esponja). Este hueso se ubica en el interior de los huesos.
El hueso también está compuesto por células, ya que es un tejido vivo, y tiene una gran capacidad de regeneración y reconstitución. De hecho, los componentes óseos se cambian constantemente gracias a distintas células ubicadas en el hueso. Este proceso en que las células óseas reemplazan los componentes se le conoce como remodelación, y participan:
Células osteógenas
Las Células osteógenas u osteoprogenitoras son células cuya función depende del medio en el que se encuentran (ellas son capaces de transformarse en osteoblastos o células codrógenas, pero todo depende del nivel de oxígeno que haya a su alrededor).
Osteoblastos
Son células que se producen de la diferenciación de las anteriores, las células osteógenas. Estas células forman la matriz del hueso a su alrededor, al punto en que quedan encerradas por el hueso que sintetizaron y disminuyen su actividad de formación de hueso
Osteocitos
Como se dijo anteriormente, son osteoblastos que han quedado dentro del hueso y han disminuido su actividad de síntesis ósea. Pero a pesar de estar disminuida, siguen produciendo hueso; realizando una especia de “mantenimiento” de la matriz que los rodea.
Osteoclastos
Los osteoclastos son células que provienen de la sangre. Los osteoclastos tienen como función acidificar el medio en el que se desarrollan para destruir y reabsorber el hueso.
Diferencia entre fisura ósea y fractura
La fisura ósea y la fractura causan una rotura en el hueso. Pero la fisura y la fractura se diferencian en:
- La fisura no produce una pérdida de la continuidad del hueso, la fractura sí.
- La fisura no es inestable no existe el riesgo de que el hueso se desplace, por lo que a diferencia de la fractura no representa un peligro.
Diagnóstico para una fisura o fractura
Cuando hemos sufrido un traumatismo, nuestro medico nos realizara una evaluación para determinar el tipo de afección. En la mayoría de los casis el medico nos realizara una radiografía (rayos X) para confirmar los detalles de dicha lesión.
Tratamiento en fisioterapia para una fisura ósea
Hace tiempo, cuando se producía una rotura en el hueso, por muy pequeña que fuera, se inmovilizaba completamente el segmento lesionado. Esta forma de tratar una fisura, hoy, es descartada ya que se observó que una inmovilización completa empeoraba la recuperación. Aunque va a depender de la zona porque no es la mismo una fractura de cadera que una fractura de muñeca.
Actualmente el tratamiento para una fisura se puede realizar en varios pasos, estimulando y aumentando la movilidad:
- Día 1 al día 5 después de una fisura
Del día 1 al día 5 es posible retirar la férula o inmovilización por lo menos 1 vez al día para aplicar hielo en la zona de la lesión, para poder realizar ejercicios suaves de movilización.
- Día 6 al día 10 después de una fisura
Del día 5 al día 10 es posible retirar la férula o inmovilización una vez al día, esta vez para realizar baños de contraste, y movilizaciones (ya un poco más fuertes que en la fase anterior).
- Día 11 en adelante hasta terminar el tratamiento de una fisura (21 días)
A partir del día 11 puedes retirar la férula o inmovilización una vez más una vez al día, continuar con los baños de contraste y avanzar a los ejercicios con carga (que no provoquen dolor).
Recuperación de una fisura o fractura
Al tener un hueso roto, la circulación de la zona aumenta para conseguir que las células migren al foco de lesión y limpien la zona de los residuos y desechos y establecer las bases para la formación del tejido nuevo.
Las células limpian el foco de lesión y se construye un callo cartilaginoso. Al ser cartílago, el tejido no es resistente y puede romperse con facilidad, sin embargo, este tejido servirá como base.
Al establecerse el callo cartilaginoso, migran a la zona una cantidad de sustancias que fibrosan al callo, haciéndolo cada vez más duro y estable. Luego se comienzan a depositar sales de calcio, a un ritmo muy rápido, lo cual termina de establecer un callo óseo. Este callo óseo es de un tamaño mayor al del hueso original, debido a que el depósito de sales se exagera. Ya en la última fase se comienza a reabsorber la parte del callo óseo exagerado, y se reduce y reduce hasta el punto en el que tiene el mismo tamaño del hueso original.