Dr. VICENTE DE LA VARGA

TRAUMATOLOGÍA DEPORTIVA, CIRUGÍA ARTROSCÓPICA Y REGENERACIÓN DEL CARTÍLAGO

Rodilla del corredor: causas y tratamiento

rodilla del corredor
CAMDE
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Clínica de traumatología y fisioterapia en Málaga

¿Qué es la rodilla del corredor? 

La rodilla del corredor o el síndrome de fricción de la banda iliotibial ocurre cuando el tendón largo del músculo tensor de la fascia lata genera rozamiento repetidamente con la parte exterior de la articulación de la rodilla, concretamente con el cóndilo femoral externo. El tendón que se extiende desde la parte externa del muslo hasta la rodilla se conoce como cintilla o banda iliotibial, es el músculo que va desde la pala iliaca hasta la zona anterior y externa de la tibia. El roce o la fricción entre la prominencia externa del fémur en la rodilla (cóndilo) origina en algunas personas, sobre todo en corredores de fondo, dolor e inflamación. Por ello, es denominada “rodilla del corredor”, y la mayoría de los corredores en mayor o menor medida conocen este dolor característico.  

Síntomas

Los síntomas característicos de la rodilla del corredor o síndrome de la cintilla iliotibial consisten en dolor en la parte externa de la rodilla, más concretamente en el epicóndilo lateral del fémur dónde se produce el rozamiento del tendón de la fascia lata (o cintilla iliotibial). La persona siente dolor en un momento de la carrera, el cual empeora gradualmente hasta que no puede seguir y se detiene. Al descansar, la persona sentirá alivio hasta volver a la carrera, que vuelve a aparecer nuevamente. El dolor se intensifica al correr cuesta abajo, ya que la fascia lata tiene que hacer un esfuerzo mayor. Cuando la persona no descansa y atiene a los síntomas, se puede producir un resalta o gatillo al saltar la cintilla por encima del epicóndilo, emitiendo un chasquido que puede parecer una subluxación de la tibia.

Causas de la rodilla del corredor 

Como hemos comentado, la rodilla del corredor es con frecuencia una lesión que sufren la mayoría de los corredores, podríamos decir que la carrera continua es el factor de riesgo mas importante, pero esto no significa que todos los corredores tengan que sufrirla. Existen diferentes factores que pueden influir en la aparición de la rodilla del corredor; a continuación, los describimos:

Problemas al entrenar:

  • No llevar a cabo un programa progresivo y controlado de entrenamiento.
  • No trabajar previamente los grupos musculares grandes (cuádriceps, glúteo, isquiotibiales) para estabilizar la rodilla durante la carrera.
  • Correcto calentamiento y estiramiento.
  • Uso de calzado inadecuado. 

Errores de técnica de carrera:

  • Apoyar excesivamente el talón, provocando excesiva extensión de rodilla y perdiendo además amortiguación.
  • El “overstriding” o intento de alargar la zancada manteniendo el tronco rígido y vertical.

Factores individuales: 

  • Alteraciones de la estática y dinámica.
  • Dismetría de extremidades inferiores.
  • Desequilibrios musculares debidos a una mala postura estática corporal.
  • Epicóndilo femoral externo muy prominente
  • Hiperlaxitud cápsulo-ligamentosa.
  • Edad 

Diagnóstico de la rodilla del corredor

El diagnóstico de la rodilla del corredor es sencillo, el especialista en traumatología podrá explorar al paciente en la camilla y localizar el dolor mediante la palpación del epicondilo lateral del femur. Tambien podrá realizar un diagnostico diferencial de esta tendiopatía con otras lesiones que pueden tener lugar en la zona lateral externa de la rodilla, como son las lesiones en menisco externo o en ligamento colateral externo, condropatía femoropatelar, artrosis del compartimento externo, tendinitis del vasto externo del cuádriceps, tendinitis del bíceps femoral, hiperpresión lateral externa de la rótula. La causa puede estar relacionada con un acortamiento o contractura del músculo tensor de la fascia lata, por una alteración en el plano frontal de la rodilla o por una mala pisada.

Tal y como hemos explicado en las causas de la rodilla del corredor, tener unas rodillas con excesivo varo o más separadas de lo normal podría llevar a la cintilla a rozar en exceso sobre el relieve óseo que representa el cóndilo lateral del fémur. En el caso contrario, unas rodillas en x o en valgo, aunque separan estas dos estructuras disminuyendo el roce, van a causar que toda la fascia lata se encuentre acortada y retraída, lo que produce la tendinopatía. 

El especialista pondrá especial atención al exceso de pronación o volcar los pies hacia dentro. Durante la fase de medio apoyo, cuando solo un pie está apoyado, ocurre la pronación, que en los casos que sea excesiva puede ser la causante de diversas patologías como tendinitis, sobrecargas, fascitis, dolor patelofemoral, condromalacia rotuliana, rodilla del corredor, dolor lumbar, etcétera. 

La pronación influye en la rotación interna de la tibia. Esta rotación va a provocar directamente una tracción de la cintilla iliotibial y posicionarla sobre el cóndilo femoral, provocando un aumento de fricción y estrés en la estructura. Este factor va a ser crucial tanto en la prevención como en el tratamiento de esta patología. 

Tratamiento de la rodilla del corredor

En CAMDE te aconsejamos acudir al especialista para que pueda ofrecerte un tratamiento personalizado. A continuación, enumeramos el tratamiento más adecuado para la rodilla del corredor. En el primer lugar el médico se centrará en reducir la inflamación utilizando la fórmula DICE lo antes posible:

  • Evita poner peso sobre la rodilla lo más que puedas.
  • Utiliza una bolsa de hielo o una compresa fría para reducir la inflamación.
  • Compresión. Utiliza una venda elástica o una rodillera ajustada con abertura para la rótula afuera
  • Elevación. Recuéstate y eleva la rodilla a una altura por arriba del nivel del corazón.

Los posibles tratamientos estarán determinados por el diagnóstico y los síntomas características:

  • Cese de las actividades que produzcan dolor en la rodilla.
  • Masaje.
  • Terapia manual.
  • Punción seca.
  • Medicación antiinflamatoria.
  • Eletroterapia.
  • Vendaje neuromuscular.
  • Ondas de choque.
  • Electrolisis percutánea.
  • Fibrólisis diacutánea.
  • Estiramientos.
  • Ejercicio terapéutico.
  • Programa de ejercicios de propiocepción.
  • Corrección técnica.
  • Infiltraciones con corticoides.

 

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