En muchas ocasiones los tratamientos conservadores no terminan de funcionar y es necesario usar otro tipo de tratamientos. Esto es lo que ocurre con la operación de rodilla, que en lesiones como la rotura de menisco o ligamento cruzado es la única opción. A continuación, os contamos qué tipos hay y para qué lesiones se suele utilizar.
¿Qué es la operación de rodilla?
La cirugía de rodilla es un procedimiento destinado a tratar lesiones y patologías de la articulación de la rodilla. Entre las principales causas para la intervención están las lesiones deportivas (por ejemplo, meniscos o lesiones de ligamentos), malformaciones o enfermedades degenerativas (por ejemplo, artrosis o condropatía).
¿Cuándo se realiza la cirugía de rodilla?
La operación de rodilla se realiza para tratar enfermedades articulares degenerativas, malformativas o traumáticas. La patología que se suele tratar con mayor frecuencia mediante cirugía es la osteoartritis, que implica el desgaste del cartílago de la rodilla; también involucra estructuras intraarticulares como el menisco, el hueso y el tejido sinovial, lo que causa una limitación de la capacidad de movimiento y la deformación articular.
¿Cuáles son las técnicas más usadas?
La cirugía de rodilla utiliza numerosas técnicas en función de la zona a intervenir y la lesión a tratar. Para el tratamiento de enfermedades degenerativas, las técnicas más utilizadas son:
- Artroscopia: en el caso de lesiones de cartílago pequeño.
- Osteotomía: generalmente realizada en el caso de un paciente joven con patología artrítica presente solo en parte de la articulación.
- Prótesis de rodilla: se usa en casos que la articulación está muy dañada y hay que sustituirla.
Para el tratamiento de lesiones traumáticas como las del menisco o del ligamento cruzado, generalmente se utiliza la técnica artroscópica que, gracias a que es mínimamente invasiva, permite una recuperación mucho más rápida para el paciente.
En el caso de una lesión severa del ligamento, puede ser necesario realizar un trasplante utilizando tejidos tomados del propio paciente.
Preparación para la cirugía de rodilla
La preparación para la cirugía puede variar según el tipo de cirugía a realizar. Generalmente se requieren análisis clínicos, exámenes instrumentales y la ejecución de ejercicios para mejorar el estado muscular de la pierna. También está indicado dejar de tomar anticoagulantes y antiplaquetarios durante al menos los 10 días previos a la intervención.
En cualquier caso, el especialista en rodilla proporcionará las pautas con la información necesaria al paciente para prepararse mejor antes de la operación.
Recuperación post-intervención
Los tiempos de recuperación y las medidas a seguir después de la operación van a variar según el tipo de intervención realizada. Después de la hospitalización, el paciente puede sentir dolor que puede controlarse tomando analgésicos y requerirá de un plazo de reposo. Posteriormente será necesario que se rehabilite la articulación para recuperar la movilidad. El tiempo puede variar entre unas semanas de una artroscopia a varios meses por una prótesis de rodilla.
