¿Qué es la meniscopatía?
Cuando hablamos de meniscopatía nos estamos refiriendo a la lesión producida en uno de los dos meniscos de la rodilla de una persona. Es una afección que puede ir acompañada o no de dolor. Los meniscos son estructuras fibrocartilaginosas que se sitúan dentro de la articulación de la rodilla, están diseñadas para mejorar la función articular, podemos imaginarlas como almohadillas que amortiguan el peso corporal, haciendo que el cartílago articular aguante soporte de una manera mucho mas eficiente las presiones. Proporcionan a la articulación de gran estabilidad y juegan un papel fundamental en la buena mecánica articular.
Las rodillas son una de las partes del cuerpo que soportan grandes presiones y cargas, de forma constante, cuando saltamos o corremos son las rodillas las que responden amortiguando las fuerzas y presiones.
La persona afectada podría sufrir una meniscopatía traumática o degenerativa, dependiendo de la edad de la persona, ya sea total o parcial, del menisco. En el caso de las roturas traumáticas el porcentaje de incidencia es mayor en los hombres con edades comprendidas entre los 21 y 30 años, ocasionándose principalmente durante la práctica deportiva.
En el caso de una meniscopatía degenerativa, la incidencia es mayoritaria en las personas con 40 y 70 años. Es importante saber, que cuando se produce una meniscopatía es posible que también exista alguna lesión asociada como la rotura de los ligamentos o lesiones en la meseta tibial.
Tipos
Podemos encontrar distintos tipos de meniscopatía. La más importante es la conocida, rotura de menisco. En este caso, la fractura se ocasiona en uno de los dos meniscos que forman parte de la rodilla:
- Meniscopatia interna: Es el tipo de meniscopatia más común, que se produce por mecanismos tanto traumáticos como degenerativos. El especialista las diferencia por la forma en la que se produce. La lesión meniscal traumática se produce de forma longitudinal mientras que la meniscopatía degenerativa del menisco interno se caracteriza por ser de forma horizontal.
- Meniscopatia medial o externa: Si la lesión se produce en el menisco externo, podrán ser degenerativas (quiste meniscal), o traumáticas (roturas en forma de pico de loro).
Síntomas de la meniscopatía
- Dolor difuso.
- Inflamación en la rodilla.
- Bloqueo articular.
- Dolor al realizar giros.
- En algunos casos los síntomas va disminuyendo con el tiempo.
¿A qué se debe la meniscopatía?
Cualquier actividad que provoque un giro brusco o una rotación de la rodilla podría causar una mensicopatía. Algunos ejemplos de movimientos de riesgo pueden ser: pivotear de manera agresiva, frenar, girar repentinamente, arrodillarse, ponerse en cuclillas o levantar algo pesado. En personas mayores, los cambios degenerativos de la rodilla pueden influir en un problema de meniscos sin causar traumatismo o con traumatismo leve.
Diagnóstico
El especialista en traumatología o fisioterapeuta realizará una exploración física para confirmar si se ha producido una lesión meniscal. Con solo la exploración, es posible determinar un problema de meniscopatía.
El médico tocará la zona de entre la parte superior de la tibia y la rótula, y la interlínea de la rodilla, para después poder realizar las siguientes pruebas:
- Prueba de Mc Murray: Es una prueba en la que el médico flexionará la rodilla de la persona afectada mientras palpa con una mano la interlinea de la rodilla, la zona entre huesos, y con la otra mano realiza movimientos rotatorios y extensivos de la tibia, determinando la posición del talón y el menisco que se está explorando. Si durante uno de estos giros el médico nota un chasquido, se confirmará la existencia de una rotura de menisco, y en el caso de que hubiera dolor, hablaríamos de una lesión.
- Prueba de Appley: El paciente se tumba en la camilla boca abajo, para flexionar la rodilla afectada en un ángulo de 90 grados. Después el médico presiona sobre el talón al realizar la rotación de la rodilla. Si la persona verbalizara dolor al realizar ese movimiento, el diagnóstico determinaría una rotura de menisco. En el caso de que el dolor continúe después de realizar la rotación, es posible que la lesión se encuentre en los ligamientos, siendo una rotura de ligamento.
- Prueba de Steinmann/Steinmann II: En esta prueba el especialista realiza movimientos de rotación hacia dentro y fuera de la tibia al paciente. La rotura de menisco se confirma si existe dolor en la interlínea articular. Para cerciorarse de que existe el problema, el especialista procederá a extender un poco la rodilla y repetir estos giros. Si el paciente nota que la zona del dolor se ha desplazado hacia delante al extender un poco la rodilla y repetir los giros, entonces se confirma la meniscopatía.
Por otro lado, es probable que el especialista quiera realizar una serie de pruebas complementarias a las anteriores, como:
- La resonancia magnética.
- En caso de intervención quirúrgica meniscal anterior, se realizaría un Artro-TAC.
Tratamiento de la meniscopatía
Con el diagnóstico y la zona localizada de la rotura, el médico recomendará el tratamiento más adecuado. Hablamos de dos tipos posibles de tratamiento para la meniscopatía, el tratamiento conservador y quirúrgico.
Los factores que determinará la elección de uno u otro tratamiento para la meniscopatía son:
- Tipo de rotura.
- Edad del paciente.
- Hábitos de vida.
- Lesiones asociadas.
- Salud del paciente.
Influirá que el paciente tenga:
- Menos de 40 años.
- No padezca osteoartritis.
- No tenga una rodilla inestable.
El tratamiento conservador se aconsejará en aquellos casos en los que la lesión se encuentro localizada en la zona periférica del menisco (zona con un gran aporte sanguíneo, lo que ayuda a que se regenere), nos referimos a una lesión parameniscal. Es importante saber que la sangre permite curar, regenerar y cicatrizar heridas/lesiones y hará lo mismo en todos aquellos casos en los que las zonas afectadas sean sanguíneas. Por lo que, si la lesión se produce en la zona interna, con poca vascularización, será necesario un tratamiento quirúrgico.