La bursitis de hombro es una afección común que afecta a personas de todas las edades, pero especialmente a aquellas que realizan movimientos repetitivos con los brazos o que tienen una postura inadecuada. Esta condición puede limitar significativamente la movilidad del hombro y causar dolor, lo que impacta en la calidad de vida diaria.
¿Qué es la bursitis de hombro?
La bursitis es la inflamación de una bursa, que es un saco lleno de líquido sinovial ubicado entre los huesos, músculos y tendones cerca de las articulaciones. Las bursas actúan como amortiguadores, reduciendo la fricción y facilitando el movimiento. En el hombro, existen varias bursas, pero la más comúnmente afectada es la bursa subacromial, situada entre el acromion (parte del omóplato) y el tendón del músculo supraespinoso.
Cuando esta bursa se inflama, se hincha, lo que provoca dolor y limita el rango de movimiento del hombro. La bursitis de hombro puede ser aguda, apareciendo de forma repentina, o crónica, desarrollándose gradualmente con el tiempo.
Causas de la bursitis de hombro
Las causas de la bursitis de hombro son variadas y pueden incluir:
- Movimientos repetitivos: Actividades que implican movimientos repetitivos del brazo, como levantar objetos por encima de la cabeza, pueden irritar la bursa subacromial y llevar a su inflamación.
- Trauma o lesión: Un golpe directo en el hombro o una caída puede inflamar la bursa.
- Sobreuso: Deportistas, trabajadores manuales y personas que realizan tareas repetitivas con los brazos son más propensos a desarrollar bursitis debido al sobreuso de la articulación del hombro.
- Postura inadecuada: Una postura incorrecta, como encorvar los hombros hacia adelante, puede aumentar la presión sobre la bursa y contribuir a su inflamación.
- Enfermedades inflamatorias: Condiciones como la artritis reumatoide o la gota pueden causar inflamación en las bursas, incluyendo las del hombro.
- Edad: Con el envejecimiento, los tejidos del cuerpo, incluidas las bursas, se vuelven menos elásticos y más propensos a la inflamación.
Síntomas de la bursitis de hombro
Los síntomas de la bursitis de hombro pueden variar en intensidad, pero comúnmente incluyen:
- Dolor en el hombro: Suele ser el síntoma principal, y puede empeorar con el movimiento o la presión sobre la zona afectada. El dolor puede irradiarse hacia el brazo o el cuello.
- Sensibilidad al tacto: La zona del hombro puede estar sensible al tocarla.
- Limitación del rango de movimiento: La inflamación puede restringir la capacidad de levantar el brazo o moverlo en ciertas direcciones.
- Hinchazón: En algunos casos, puede haber hinchazón visible o palpable en el área afectada.
- Debilidad muscular: La debilidad puede desarrollarse en el brazo afectado debido al dolor y la limitación de movimiento.
Diagnóstico
El diagnóstico de la bursitis de hombro se basa en la historia clínica del paciente, un examen físico y, si es necesario, pruebas de imagen como radiografías, ecografías o resonancias magnéticas. Estas pruebas ayudan a descartar otras condiciones como desgarros en los tendones o fracturas óseas.
Tratamiento
El tratamiento de la bursitis de hombro tiene como objetivo reducir la inflamación, aliviar el dolor y restaurar el rango de movimiento. Las opciones de tratamiento incluyen:
- Reposo y modificación de actividades: Evitar las actividades que agravan los síntomas es crucial para permitir que la bursa inflamada se recupere.
- Hielo y calor: La aplicación de hielo puede ayudar a reducir la inflamación, especialmente en las primeras etapas. Posteriormente, el calor puede ser útil para relajar los músculos y aliviar el dolor.
- Medicamentos antiinflamatorios: Los medicamentos como el ibuprofeno o el naproxeno pueden reducir la inflamación y el dolor asociados con la bursitis.
- Fisioterapia: Los ejercicios de estiramiento y fortalecimiento supervisados por un fisioterapeuta pueden ayudar a mejorar la movilidad del hombro y prevenir futuras recaídas.
- Inyecciones de corticoides: En casos más severos, las inyecciones de corticosteroides directamente en la bursa inflamada pueden proporcionar alivio del dolor y reducir la inflamación.
- Cirugía: Rara vez se requiere cirugía, pero en casos crónicos donde otros tratamientos no han sido efectivos, puede ser necesario realizar una bursectomía, que es la extirpación de la bursa inflamada.
Prevención
Para prevenir la bursitis de hombro, es importante:
- Realizar ejercicios de calentamiento antes de la actividad física: Preparar los músculos y tendones del hombro para el ejercicio puede reducir el riesgo de lesiones.
- Mantener una buena postura: Asegurarse de mantener los hombros alineados y evitar posiciones encorvadas puede reducir la tensión sobre la bursa.
- Fortalecer los músculos del hombro: Ejercicios que fortalecen el manguito rotador y los músculos de la espalda pueden proporcionar un mejor soporte para la articulación del hombro.
- Tomar descansos frecuentes durante actividades repetitivas: Evitar el sobreuso del hombro es clave para prevenir la inflamación de la bursa.
La bursitis de hombro es una afección dolorosa pero tratable. Con el diagnóstico adecuado y un plan de tratamiento integral, la mayoría de las personas pueden recuperar su movilidad y volver a sus actividades diarias sin dolor. La prevención a través de la postura adecuada, el fortalecimiento muscular y la evitación de movimientos repetitivos es esencial para mantener la salud del hombro y evitar futuras recurrencias de la bursitis.